Epílogo.

1K 143 12
                                    

Recuerden que es Doble actualización, así que tienen que leer el capitulo final antes, a veces wattpad los manda al capítulo equivocado.



Un año después.

Veo a los gemelos correr por la casa, siento que me volveré loca, ya tienen tres años y a medida que pasa el tiempo se vuelven más imperativos, incluso Jack está más activo, romper cosas es como un deporte, lo tocan, lo rompen, no creo que sea apropósito, pero aun así son un poco destructivos.

Me siento muy cansada, ya es junio, lo que significa recordar todo, pero no duele, no como lo hacía antes, incluso no como lo hacía hace un año, eso no hace que lo extrañe menos, porque, aunque algo dentro de mí siempre grito que lo nuestro no funcionaría no significa que no quiero que este aquí y pueda ver a sus hijos.

Rosa está preparando el desayuno, debería estar en la empresa, pero me tome el día libre al igual que John, hoy es el día que decidí ir a tumba de Josué, no he estado ahí nunca, nunca llegue a verla ni siquiera, ya me siento con la suficiente fuerza para hacerlo, es algo que he estado pensado desde el mes pasado, algo que quiero hacer.

La imagen de Josué muerto da vueltas por mi cabeza, hace cuatro años que murió, hace cuatro años que todo sucedió.

Me miro en el espejo unos segundos, estoy nerviosa, aterrada y dolida, dolida por no haber ido y dejarlo solo, él nunca me hubiese dejado sola.

John se para detrás de mí y me mira, ambos nos miramos a través del espejo, sé que puede notar mi nerviosismo, que puede oír lo fuerte que late mi corazón y notar como mi respiración va en ascenso con cada segundo que pasa.

Coloca sus manos en mis hombros, comienza a respirar conmigo, lo hacemos cada vez más despacio hasta estar más calmada. Hoy será como una montaña, mis sentimientos ya están al máximo y ni siquiera hemos salido de casa.

—Si no te sientes lista podemos esperar, sé que él lo comprenderá— propone John mientras me acaricia el rostro.

—Quiero hacerlo, no solo por Josué, también es por mí.

Ya no hay más prorroga, quiero hacerlo, quiero conversar con él después de tanto tiempo, quiero sincerarme y contarle todo lo que he estado reteniendo.

Me coloco el pelo en una coleta alta, John esta sencillo al igual que yo, desde que pensé en ir la mejor forma de distraerme es pensar en lo que llevan las personas puestas, suele despejarme, aunque ahora no está funcionando.

Salimos de la casa, Rosa cuidara a los niños mientras estamos en el cementerio, mis manos tiemblan tanto que John tiene que tomar el volante y conducir. Mientras conducimos veo como nubes comienzan a tapar el hermoso cielo azul convirtiéndose en un manto gris.

Los sonidos del exterior quedan desplazados y solo logro escuchar como mi corazón late tan rápido y fuerte que no puedo escuchar mis propios sentimientos, tomo mi collar y acariciándolo un poco para calmar mi ansiedad, trato de mantenerme con respiraciones cortas y constantes, pero la verdad es que quiero lanzarme al mar y flotar a la deriva.

El auto se detiene sacándome de mis pensamientos, John me mira fijamente con ese aire protector que lo caracteriza, está asustado por lo que pueda suceder, pero no me pondré mal, solo quiero dejar salir todo lo contenido durante mucho tiempo.

Salimos del auto, John me toma de la mano mientras vemos como las tumbas aparecen frente a nosotros, miles de personas que, de vivir pasaron a esto, a un estado inexplicable de inexistencia, eso es la muerte, si la vida es la existencia de una persona, la muerte es la inexistencia, después de ser tanto pasar a ser nada.

Aprieto la mano de John mientras caminamos por las tumbas, siento mi mano deslizarse por la de John debido al sudor, me seco la mano varias veces para que no suceda, pero sigue sucediendo, además me percato de que mi garganta esta extremadamente seca, pero no me devolveré solo por un vaso de agua, cuando nos detenemos John señala una tumba a unos cuantos metros, es la de Josué, lo sé, no necesito ver el nombre.

Una lagrima se desliza por mis mejillas mojando mi rostro, John me mira durante unos segundos esperando una confirmación, asiento varias veces, luego doy el primer paso sola, John no puedo acompañarme a lo que voy a hacer ahora.

Camino despacio hasta llegar a su tumba, sin poder contenerme más me dejo caer en el pasto verde que me recibe como si fuera una especie de almohada, veo su nombre tallado en una perfecta caligrafía, Josué Sterling Márquez. Leer su nombre es increíblemente doloroso, intento decir algo, pero las palabras se estancan en mi boca.

Es como si lo siguiera viendo frente a mí, sus ojos, su sonrisa traviesa y lo estúpido e idiota que podía llegar a ser.

—Te extrañamos, Josué — Digo por fin.

Las lágrimas continúan deslizándose por mis mejillas inundando mis ojos, pensé que esto sería más fácil, miro su lapida como si lo estuviera viendo a él y hablando con Josué en persona, así lo siento en mi corazón.

—Sé que he tenido abandonado, han pasado cuatro años y no había tenido el valor para venir a visitarte, quizá estarás enojado, sé que tu hubieras venido a verme, aunque no es que no quisiera, era lo que más deseaba— permanezco unos segundos en silencio mientras las lágrimas se deslizan por mi rostro.

El dolor que siento recorrer mi cuerpo es como si un pedazo de mi ser fuera quitado a la fuerza.

—Quiero que sepas que... que estamos bien, que los niños sabrán de ti, ahora son muy pequeños para entender el concepto de muerte, pero les hablare de ti, le contare lo bueno que eras, aunque odiabas demostrarlo, no le contare lo idiota que eras, siento que Jake se parecerá a ti en ese sentido y no necesita más motivos, sé que, aunque no te conozcan en persona te amaran al igual que yo. Si, lo hago, siempre lo hare.

Mi respiración esta tan acelerada que me cuesta hablar, mis palabras salen todas juntas haciendo que sea un poco difícil comprenderlo que estoy diciendo.

—Quiero que estas tranquilo, estoy feliz, realmente feliz, amo a John, juntos hemos cumplido muchas metas que un día tuvimos, me ha llevado varias veces a volar sobre la ciudad en helicóptero, es realmente bueno, incluso nos lanzamos en paracaídas, tuvimos un hijo que llamamos José por ti, John siente mucho respeto por ti.

Tomo una larga respiración calmándome un poco.

—Ahora entiendo lo que me explicaste un día de las formas en las que se ama a una persona, comprendo que fuiste el amor de mi vida, pero no el indicado, fuimos el perfecto caos que termino en catártico desenlace.

Las lágrimas se deslizan lentamente por mi rostro al tiempo que comienza a llover, en unos pocos minutos estoy empapada por completo.

—Me disté unos de los mejores momentos de mi vida, me ayudaste a tener a mis dos primeros hijos, me llevaste a ver el mundo como siempre quise verlo, me diste tanto que terminaste dando tu vida por mí, siempre estaré agradecida con todo lo que has hecho por mi Josué.

La lluvia se vuelve más intensa haciendo que mi vista se vuelva borrosa.

—Siempre te amare, aunque este en otra página de la historia, aunque haya aceptado que ya no estas, siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, Josué, Gracias.

Me levanto sintiendo como un gran peso se desprende mí, es como liberarse por fin, las lágrimas que ruedan por mis ojos son opacadas por el agua que cae sobre mí, Josué fue mi pasado, pero siempre formara parte del futuro, aunque mi futuro y felicidad este con John.

Miro a John, tiene una leve sonrisa mientras se cubre con una sombrilla, está orgulloso de que me haya atrevido a venir, le sonrío, no tiene caso que me ponga bajo la sombrilla estoy empapada.

Mirándolo desde una mejor perspectiva, en estoy en el capítulo que debo estar en mi vida, ahora estoy escribiendo el futuro que merezco y siendo feliz. 

ATRACCIÓN INESPERADA {Libro III} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora