Cap 38: Felicidad

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Rosé se había quedado paralizada en el mismo lugar

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Rosé se había quedado paralizada en el mismo lugar... ¿De verdad Jisoo le había dicho que sí?   

—No hagas que me arrepienta —agregó Jisoo dándose media vuelta dispuesta a caminar, Rosé por su parte despertó de su trance y la siguió por detrás.    

La pelinegra caminaba a paso rápido a la par que comenzaba a cuestionarse el hecho de haber aceptado la propuesta de Rosé para llevarla a casa.

¿Habré hecho lo correcto?   

Era demasiado tarde para arrepentimientos, Jisoo ya se encontraba saliendo del bar en compañía de Rosé.

En el momento en que la pelinegra puso un pie fuera del lugar, Haein la detuvo del brazo con una expresión indescifrable en el rostro. Observó como su guardaespaldas le regalaba un gesto nada amigable a Rosé y cuando lo vio querer acercarse a ella, supo que era momento de intervenir.

—Déjala —ordenó Jisoo.    

—¿Qué? Pero ella no...—    

—No te metas amigo, deja que nosotras arreglemos nuestros problemas ¿Está bien? —contestó Rosé fingiendo cortesía—. Yo la llevaré a su casa en mi auto, tú puedes seguirnos desde atrás.    

—Jisoo, no me parece que a tu padre le guste ésto —repuso Haein con seriedad. Se notaba a leguas la furia contenida con la que el chico miraba a Rosé.    

Jisoo contempló con sumo cuidado todos los gestos y ademanes de su guardaespaldas y de un momento a otro le vinieron a la mente todos aquellos comentarios que su hermana Jennie le había hecho sobre que Haein no la veía como su amiga, sino como algo más.

Quizás en otras circunstancias de su vida, no le hubiese importado fijarse en alguien como él. Jisoo nunca juzgó a las personas por su estatus social, le parecía un chico lindo, atento, amable y respetuoso, pero desgraciadamente sus sentimientos no le pertenecían a él, sino a otra persona.   

—Me iré con Rosie, siguenos por detrás como te dijo y gracias por preocuparte por mí, pero ya estoy lo suficientemente grande como para saber lo que hago —contestó Jisoo con frialdad viendo a su guardaespaldas alejarse con los puños cerrados—. ¿En dónde está tu auto? Hace frío.    

—Oh mierda... —murmuró Rosé dándose una palmada en la cara porque había olvidado el pequeño detalle de que Jungkook las había traído a Lisa y a ella en su auto—. Olvidé que Kookie me trajo, discúlpame...   

—Hmm ¿Entonces cómo pensabas llevarme a mi casa?    

—Sinceramente... no pensé que fueses a aceptar mi proposición —confesó Rosé con cierta vergüenza. Era verdad, con todo lo ocurrido en el cubículo del baño, pensó que Jisoo saldría corriendo y trataría de evitarla a toda costa, pero en lugar de eso recibió una afirmación de su parte—. Pediré un taxi.   

MI NOVIO ES UNA CHICA / JENLISA / CHAESOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora