Chaeyoung y Leo, que en realidad son Rosé y Lisa, dos hermanas obligadas por su padrastro para hacerse pasar por chicos para así robar la fortuna de Jennie y Jisoo Kim, ¿Lo lograrán?.
HISTORIA ORIGINAL DE @Yessi_MO
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Jisoo se vestía de manera rápida, se había quedado atónita al ver la hora en su celular, ya era tardísimo y ella continuaba dentro de la bodega junto con Rosé y Alfred estaba esperándola en un auto afuera, pasando frío y quizás hasta sueño.
—Quédate un rato más Jisoo, la estamos pasando muy bien... —rogó con un puchero en los labios observando como Jisoo buscaba sus zapatos—. Por favor...
—No me mires así Rosie, tenemos que irnos, Alfred me espera afuera, ¿te imaginas que puede estar pensando ahora?
—Que somos dos chicas entregándose al amor —contestó Rosé soltando un suspiro y levantándose para darle una palmada en el trasero a Jisoo, ella la miró incrédula—Lindo trasero Kim.
—¿Y el romanticismo en dónde quedó? —preguntó Jisoo frotando su parte trasera.
—Un poquito de todo no hace mal a nadie Chu... ¿O acaso no te gusta?
—Vístete, Alfred podría entrar en cualquier momento —contestó la pelinegra lanzándole a Rosé su ropa en la cara— No quiero que te vea desnuda, no quiero ni imaginarme qué bochornoso sería.
—No puedo, necesito una silla de ruedas porque mi novia me ha dado duro esta noche —bromeó Rosé viendo como Jisoo se ruborizaba en un santiamén— Cariño ayúdame, me tiemblan las piernas...
—Basta ya Rosé —Jisoo le dió un ligero golpe en el hombro— Lo haré de verdad para que lo digas con provecho. No me provoques.
—Quiero provocarte... —murmuró Rosé acercándose sigilosamente de puntitas hasta enredar sus brazos alrededor del cuello de Jisoo y susurrarle a los labios haciéndola estremecer.
Estuvieron a punto de besarse antes de que la puerta de la bodega fuese abierta y Rosé diera un brinco antes de posicionarse detrás de Jisoo tratando de cubrir su desnudez. Sus mejillas estaban rojas de la vergüenza, su cabeza estaba enterrada en la espalda de Jisoo mientras que ella trataba de cubrirla con los brazos.
—Yo... —en el instante en que Alfred abrió la puerta, se dio media vuelta enseguida— Lo lamento, lo lamento mucho... es que... ha pasado mucho tiempo, yo quería ver que todo estuviera en orden... yo... lo lamento, las esperaré afuera —finalizó antes de salir de ahí casi corriendo.
—Oh maldición —Jisoo se golpeó la frente con la palma de su mano—. ¿Lo ves? Te lo dije. Por Dios, que vergonzoso.
—Pues prefiero que haya sido él quien me viera antes que el tal Haein —contestó Rosé— No me mires así, sabes que ese tipo tenía otras intenciones contigo. Aunque pensándolo bien... hubiese sido genial que nos viera en esta situación para que así le quedara claro de que no tiene cavidad en tu vida.
