━━ LOVER AND REVENGER ↯ the batman ✔

iv. ( 🦇 ) trabajo y club

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CAPÍTULO 4:
TORRE WAYNE Y EL ICEBERG LOUNGE

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Catelyn se miró por quinta vez en el espejo de su habitación de hotel, no le gustaba para nada como le quedaba la falda con esos tacones. Miró la hora en el reloj, todavía le quedaba algo de tiempo para un nuevo cambio de vestuario antes de tener que salir a su entrevista de trabajo.

Estaba nerviosa, lo aceptaba, no sabía que esperar de la entrevista de trabajo, ni siquiera sabía si debía llevar o no su currículum, porque, si la habían llamado era porque ya estaban enterados de sus cualidades, ¿no? Sus manos sudaban, quizás si la hubiese citado en el edificio de las oficinas de Empresas Wayne habría estado mucho más calmada, pero no, tenía que ir justamente a donde vivía Bruce Wayne.

No sabía mucho de él, jamás lo llegó a ver en Gótica, pero las pocas fotos que la prensa le tomó en su regreso a la ciudad fueron suficientes para que Catelyn tuviera un leve interés por su persona. Muchos lo llamaban ermitaño, ella prefería decirle misterioso y es que eso era él. Sus pocos datos biográficos eran conocidos por todos, ahora debería tener alrededor de veintisiete a veintinueve años y era sumamente guapo.

Respiró profundamente, quitando su mente de Bruce Wayne, y le echó una última mirada a su atuendo. Sí, ese le agradaba mucho más. El vestido negro era simple, pero elegante, llegándole justo en las rodillas y dando la imagen necesaria para demostrar que estaba de luto, sin embargo, lo aburrido del color le hizo tomar una chaqueta de cuero roja para agregarle un poco más de estilo.

Cuando estuvo todo listo, tomó una fuerte bocanada de aire, salió del hotel y entró en su auto, poniéndose en marcha rumbo a la Torre Wayne. En el camino, usó el manos libres para responder la llamada de su madrastra, que en realidad se trataba de Charlie contactándola desde su teléfono, se sentía mal por no haberlo ido a visitar, pero sabía que su madre iba a echarla si la viera cerca de él y quería evitarle ese tipo de escenas.

Cuando el edificio conocido como la Torre Wayne se hizo presente en su campo de visión, Catelyn sintió sus nervios incrementar. Estaba yendo a ese lugar a ciegas, sin saber cual era exactamente la razón por la que ellos le estaban ofreciendo un trabajo. Estacionó el auto, bajó de él y se tomó unos segundos para arreglarse antes de tomar su bolso, la carpeta con su currículum y caminar en dirección al ascensor.

Con los nervios a flor de piel, observó ansiosa como la puerta del ascensor se abría lentamente. Salió de ahí y una mujer, con aspecto de abuela amigable, le dio una sonrisa.

—Buenos días, soy Catelyn Mitchell —se presentó, dándole la mano—. Tengo una entrevista de trabajo, pero no sé…

—Oh, sí, señorita Mitchell. La están esperando, el señor Pennyworth le dará las indicaciones que necesita.

Y, como si hubiese sido llamado, un señor alto, de cabello canoso y cara amigable apareció ante ellas. Catelyn le dio una sonrisa, como mesera tenía que memorizar la cara de los buenos clientes para saber cuales eran los que daban mejores propinas y ese señor era uno de ellos. No frecuentaba mucho la cafetería, pero cada vez que iba siempre le brindaba un buen trato, era amable con ella y le dejaba una considerable propina solo por una taza de café y un pedazo de pastel.

Él era uno de sus clientes favoritos, junto a aquel extraño hombre que jamás hablaba y siempre iba vestido de negro.

—Señorita Mitchell, es un placer verla nuevamente, tengo algo de tiempo sin poder ir a por mi café —le dijo. Catelyn rió, un poco menos nerviosa—. ¿Le puedo ofrecer algo de tomar? El amo Wayne ha pedido verla en su oficina para hablar del trabajo…