Rojo.

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Si tuvieras la oportunidad de cambiar las cosas que hiciste mal en el pasado, ¿Cuántas lecciones de vida hubiese perdido?. Es cierto que nadie quiere vivir cosas que lo atormenten para toda la vida, y menos equivocarse en lo que considera tan simple y de menor importancia, quién sabe lo que podría ser, una confesión quizá. Pero también, esas heridas se transformaban en feas cicatrices, pero con un significado.

Es gracioso y cruel prensar que no importaba en que dirección lo llevará, simplemente hubiera acabado en la misma situación o peor tal vez, cómo fuera todo sería un desastre y en efecto, moriría mil veces que vivir con esa pena. Sin embargo, viendo bien cómo se ha desarrollado todo este panorama tan catastrófico, hubiese preferido vivir con ese sentimiento enterrado bajo el hielo del infierno. O sería mejor explotar con el remordimiento y él sería el único afectado.

Nada de lo que estaba presenciando estaría pasando, ni sus amigos estarían en peligro, ni el Santuario, y menos su pupilo en una lucha de lo más injusta y cobarde de todas la que fue presente, pero sin duda lo que mas le irritaba es ver esa cara tan triunfante, como a lo descarado le robo su rostro y lo torcía de esa manera.

Qué patético y odioso. 

Está sería el fin.

Lo siento, es mi culpa. Reunámonos de nuevo en nuestra próxima vida. 

Hyoga esta en el suelo a nada de un ataque mortífero por el impostor, quién también había hecho caer a Shiryu en la inconsciencia absoluta luego de dar lo mejor de si para mantenerse en pie para ayudar a su compañero, realmente fue un esfuerzo sobrehumano de semejante arrebatada que le dio el impostor, despojados de sus armaduras contra tal enemigo quién parecía ser una fuente de energía sin limites humanos, el cisne fue derribado de una patada y lanzado cuál balón directo a tres columnas que partió con su propio cuerpo por el impactado, era un milagro que siguiera consiente. 

Su vista se nublaba por breves instantes notando al espectro arrastraba a su compañero de su largo cabello negro, poniéndolo encima de Hyoga de golpe, Shiryu lentamente fue recuperando la visión pero al igual que su compañero, las heridas proporcionadas por una sangrienta emboscada de vientos helados y estalactitas cayendo eran impersuasibles, incluso respirar estaba siendo una tarea complicada. 

━━¿Unas últimas palabras antes de mandarlos al infierno?. 

No dejaría que lo matarán, no ese demonio y menos con tanta euforia, no se llevaría ese rostro cómo la última vez que vería a su maestro, o la cara de su maestro siendo poseído por un demonio sacado de sus pesadillas, no le permitiría manchar la memoria de su maestro.

Afortunadamente antes que les diera el golpe de gracia, fueron salvados por quién menos esperarían en una situación cómo esa, por un vil espectro, pues esa sapuri, ese cosmos, y sobre todo ese sombrío rostro tan paliducho sólo podía pertenecer a una sola persona dentro de sus recuerdos más oscuros de batallas anteriores.

Camil pudo sentir los hilos de la Marioneta Cósmica de Minos adentrarse entre sus venas y ser estrujado cómo una uva, sin el menor esfuerzo pero en medio una satisfacción rosando a lo enfermizo.

━━¡Minos!. -Espetaron llenos de conmoción y sorpresas los dos de bronces apaleados en el piso, atónitos de cómo de una sacudida el espectro arrastró por los suelos y los aires al demonio de Magenta, Hyoga ayudaba a su amigo a levantarse sin despegar sus ojos de tal acto.

En cuanto Minos lo retenía severamente contra el suelo con piedras encimas, una sonrisa triunfante y cínica apoderada en sus labios reteniendo al susodicho. 

━━ Pero ¿Qué hace el enemigo aquí?. 

Minos arqueó una ceja divertido. Devolviéndose al caballero de pelo azabache.

Dark Paradise || Saint Seiya. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora