Dark Paradise || Saint Seiya. ||

Encanto Desastroso.

El caballero de Escorpio miraba diminutivamente al enemigo,aplastando su espalda con solo un pie,Camus sentía la columna romperse poco a poco y escupiendo sangre cada vez que tosía por la falta de aire,era muy doloroso para él que Milo lo tratará a así aunque después de todo él no sabía realmente quién era,pero no creyó que fuese tan despiadado.

Mu miró con ojos expectantes el arma del muchacho de cabello rojo,por su aspecto tan extraño percibió claras señales de peligro, le era intimidante para ser un simple objeto,y sus sentidos se alertaron cuando sintió la maldad en ella,volteó una vez más a la dirección contraria fijándose que el intruso no lo estuviera vigilando,para fortuna suya no lo hacía y con mucha cautela estiró sus manos para intentar tomarla.

Pero justamente que las yemas de sus dedos rozaron el mango de la hoz,Camus violentamente giró el su vista a él cuando una corriente pasó por todo su cuerpo,se alertó demasiado,y dando lo mejor para zafarse del escorpio lo hizo caer sobre si mismo,Milo intentó una vez más someterlo debajo de él,Camus pateó su cara y abalanzándose contra Mu,este actuó rápido y antes de que el enemigo se acercará más,atacó con su muro de cristal a Camus impidiendo el paso,aries no perdió tiempo y tomó el arma corriendo con ella con mucho cuidado,el pelirrojo gritó que se la devolviera,enredado en la frustración,estrés y la desesperación del momento hizo sus manos puños,golpeaba el muro con todas las fuerzas permitidas,Milo por su parte pensó en atacar por detrás aprovechando que estaba más concentrado en el escape de Mu que otra cosa-

De pronto,una corriente helada se apoderó del ambiente de ambos,Milo conocía ese frío a la perfección después de los años de convivir con él,estupefacto miró adelante,notando el creciente cosmos del enemigo incrementar mientras intentaba destruir el muro de cristal,tan frío hasta convertirse en ventizca,el escorpión se abrazo a si mismo,el aire se hacia más y más helado,las piernas le temblaban bastante y por un momento,el hielo cubrió sus pies poco a poco.

Camus no estaba consciente de lo que sucedía,al ser dominado por sus emociones reprimidas lo hacían ser un blanco fácil del arrebato emocional,no tenía en mente de que al despertar su cosmos,las posibilidades de ser reconocido eran contados en números grandes,de todos modos se negaba a que le quitarán el arma que Hades le dio pues no sabría qué decir o qué cara poner cuando volviera a verlo,no importaba si lo ocultaba el dios se daría cuenta,más aún que comprendió que era vigilado.

Hades ahora tomaba mejores precauciones por si en un instante,Camus cometiera una traición en su contra.

Las grietas en el muro no se tardaron en aparecer,la temperatura que el hielo emitía era más brusca,agotador para el ex caballero de athena pero no se detendría allí mismo,cuando el hielo lo cubrió por completo logró destruirlo de golpe,fue entonces que se hecho a correr.

Una cálida mano atrapó la suya,otra mano se posicionó sobre su mentón,atrayendo su rostro muy cerca de su amado,sus mejillas ardieron en el instante que su sentido del tacto hizo que su piel se pusiera tímida con el hermoso hombre de pelo azul,los ojos de Milo representaban un claro asombró seguido de una nube gris de pensamientos,sin soltarlo Milo le acorraló impidiendo cualquier movimiento de su parte.

El joven de cabellos carmín,sentía la alegría de su corazón fluir y la excitante pero ardiente llama que envolvía su alma,tan cerca de esos feroces ojos que derriten su frío mirar y lo suaviza con él,el tacto de su piel era tan deliciosamente cálido que espantaba el hielo que cubría la suya,poder sentir su pecho y la forma que respiraba y su corazón latía,Milo estaba igual de inquieto pero no por buenas razones,estaba inquieto porque algo andaba mal.

Sus ojos reflejaban una enorme aflicción combinada con el desconcertó,su mente le gritaba incoherencias a diestra y siniestra,palideció un instante,quitó la máscara con cuidado mientras la mano le temblaba siendo detenido por el pelirrojo,su boca estaba descubierta y parte de su rostro rojizo,sus labios curvados y rosados,brillantes y delicados.

Milo no entendía qué estaba pasando.

Se suponía que ese traidor no estaba vivo,muerto,enterrado y siendo castigado en el infierno por su deshonrosa conducta con sus antiguos compañeros y principalmente su diosa,debía ser de esa forma.

Pero no había nadie en la tierra capaz de crear un viento helado como ese,quién hubiese conocido y sentido el cosmos de ese hombre,sabría que se trataba de él pero no quería creer eso,no de él.

Camus de Acuario,antes un compañero honorable y de grandes habilidades de combates y sobretodo un amigo,ahora no era nada más que un traidor que murió sirviendo al "mal" un cobarde y pobre infeliz,Milo lo repudió todo este tiempo que estuvo muerto,toda esa confianza que le había tenido se esfumó.

Le era difícil perdonarlo,le era duro poder recordar su nombre sin sentir un enorme resentimiento,una noche de esas que le recordaba su presencia helada intentó decir en frente de su tumba que no era su culpa,pero para alguien como es el escorpión,olvidar y perdonar era casi imposible ya que las cosas no serían igual que antes,y eso lo aterraba internamente,porque Milo le tenía miedo a las consecuencias de los actos futuros que sus actos causarían,desde que Acuario se fue de su vida,algo cambió.

Tal vez los años y años de "amistad" que tuvo con el chico de cabellos turquesa que se fueron esfumando como el humo de un fuego creciente,la amistad era feroz para él y saber de su traición fue como una gran balde de agua cayendo en su cabeza,puede que eso más que nada le haya irritado,arruinó la confianza y para un hombre,es él mayor fallo.

Ahora,tenía a un completo extraño acorralado,quién temblaba un poco por su potente mirar,sin mucho esfuerzo retiró el resto de la máscara tirándola al suelo para que no pudiera tomarla y apretó aún más el agarre evitando cualquier posibilidad de escapar,miro el color de ojos del joven,hipnotizado por ese color violeta azulado Milo quedó mudo por un instante,sino mal recordaba,Camus tenía casi ese mismo color de ojos,pero los de aquel joven eran mucho más llamativos y los tonos se juntaban entre sí,a diferencias del difunto,su melena roja caía cual mar de fuego,entonces recordó aquella figura que vió en el mercado.

── Esa mirada en tus ojos...Es un brillo tan familiar. -Dijo sin pensar,invadiendo el espacio personal del joven.

── Demasiado cerca. -Dijo nervioso,cerrando sus ojos y apartando la cara,era inútil.

──¿Quién eres?¿Y qué haces en un lugar como este?. -Milo atendió lo que dijo,se alejó un poco del pelirrojo pero este aún no le miraba,quizás se sintió intimidado.

── Suéltame.

── No,no lo haré hasta que respondas mis preguntas,no me importa si eres hombre o mujer te tendré así todo el tiempo posible hasta que digas que hacías en lugares como este,pero más importante. -Forzó más su agarre.- ──¿Donde aprendiste a hacer eso?.

── No sé de qué me hablas,déjame ir. -Dijo endureciendo su rostro,no se iba a intimidar.

──¡Responde en este instante!. -Lo sacudió,eso solo logró alertarlo más.- ── Ningún humano común puede crear un aire tan peligrosamente frío como el tuyo,capaz de destruir el muro de cristal de Mu.

── M-me estás lastimando...

Milo reaccionó a esas palabras,miró las muñecas del pelirrojo con espanto,tenían la marca de su mano muy plasmada en sus muñecas,se sintió culpable por eso,no tenía porqué perder el control de esa manera menos con ese chico.

Cuando Milo lo soltó,Camus tomó sus muñecas para enfriarlas un poco con su cosmos,era claro que dejarían una ligera marca,fijó su vista hacia Milo,recriminando al sujeto.

  ── Si dejas que tu ira se apodere de ti,ten por seguro que perderás a quienes te quieren,con permiso.

Y antes de que pudiera responderle,Camus se fue detrás de Mu,claramente decepcionado del alacrán y su manera de ser de ese entonces.

Mientras Milo,mira cual idiota al bello jovencito que le lastimo su tierna tez blanca,con la incógnita de saber quién era.

Aunque no fue por mucho,cuando más se sintió interesado en su nombre,ya estaba corriendo detrás de él.