Rue Newby siempre se preguntó cuándo podría golpear la culpa de lo que le sucedió a Ava Fleur. No esperaba que la arrollara como un tren mientras dormía, reviviendo la tarde en que todo se fue a más mierda que antes.
Se preguntó por qué se sentía tan mal, Rue no había llorado en meses. ¿Por qué empezar ahora? Tal vez se quedó insensible durante esos pocos meses. Era su cuerpo gritándole que dejara de enterrar esos sentimientos que debería estar expresando. Esas emociones que la hacían humana.
Lágrimas de ira corrían por su rostro mientras corría al baño a las cuatro de la mañana.
Rue colocó sus manos a los lados del fregadero, agarrándolo con fuerza, sus nudillos se pusieron blancos. Ni siquiera recuerda lo que pasó ese día, solo que en un minuto estaba siendo golpeada por bates, y al siguiente vio a Ava en el suelo, la tubería con la que siempre bromeaban, señalando desde su estómago.
Se miró en el espejo con; nariz hinchada y ojos verdes inyectados en sangre. Rue respiró hondo, limpiándose los ojos, mostró esa familiar sonrisa falsa en su reflejo. Y entonces, ella lo vio. Su sonrisa ya no parecía convincente.
Rue sonrió con más fuerza, pero ahora parecía loca. Su sonrisa cayó mientras se miraba a sí misma. Rue sintió la palabra "Asesina" escrita en su frente, lo cual era ridículo porque Rue ni siquiera lo hizo... ¿Lo hizo?
¡No, no lo hizo! Ni siquiera tocó al tipo que estrelló el auto de su madre... solo lo amenazó... y Ava, oh, dulce Ava. Rue tampoco la tocó. Parecía que este horrible destino la seguía, lista para matar. ¿Quizás Rue Newby está maldita? Pero entonces, ¿por qué no ha muerto nadie más?
