En una sociedad dónde los héroes solo buscan fama y fortuna, ignorando el sufrimiento escondido de las personas, un joven chico decide convertirse en ese héroe de esperanza para la sociedad.
No sé esperaba que su simple existencia comience a sacar...
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Era martes por la tarde y a pesar de que había tenido clases esa mañana, faltando a sus dos últimas horas para estar allí, se encontraba en su trabajo de héroe junto a Sir Nighteye. Ambos caminaban tranquilamente por la calle mientras vigilaban a su alrededor, siendo el joven quien más emocionado estaba ya que comenzaría su entrenamiento con Sir.
— ¿Cómo vas en tus clases? — le pregunto.
— ¡Oh, me va excelente! — el menor sonrió al oir la pregunta. — Aunque me atrase un poco antes de las vacaciones logré ponerme al día y no baje del puesto en mi clase. Soy el cuarto creo, aunque todos mis compañeros son muy inteligentes. — hizo una mueca graciosa al recordar algo. — Bueno la mayoría lo son, trato de aprender mucho de ellos porque todos tienen dones diferentes y son muy fuertes.
— ¿Te inspiras en tus compañeros? — le pregunto algo curioso, volteando a verlo un momento.
— ¡Por supuesto! En la semana de entrenamiento intensivo les preste mucha atención a cada uno de ellos, me ayuda a pensar en ideas nuevas para utilizar mi quirk. — sonrió alegremente. — Uno de mis compañeros tiene un quirk eléctrico, de él saque la idea para mí movimiento especial: ¡Electric Whip! — le mostró como algo de corriente eléctrica brillaba entre los dedos de su mano, gracias a su quirk. — Mi otro amigo, es hijo de Endeavor y puede manejar el hielo y el fuego, siempre intento enfocarme en encontrarlo gracias a que tiene dos tipos de temperaturas. ¡Es tan genial! — desactivo su quirk para mover sus manos con emoción. — ¡Oh! ¡Además mis mejores amigos pronto me enseñarán combate cuerpo a cuerpo! Ellos son demasiado buenos en las peleas, jamás pensé que los chicos de mi edad pudieran tener tantos músculos. ¡Y sus reflejos son increíbles! Cómo entreno por las tardes con mi padre y su pupilo, quien tiene un quirk asombroso, mis amigos siempre me dan tips para mejorar. ¡Es tan genial!
Sasaki miro por un momento al chico a su lado, escuchando con atención lo que el pelinegro decía, terminando por sonreír levemente al ver cómo una brillante sonrisa estaba en su rostro y movía sus manos con emoción al hablar. Le agradaba ese chico, demasiado a decir verdad, y se alegraba al saber que se encontraba mejor, en especial ahora que su personalidad brillante parecia iluminar toda la calle.
— Por un tiempo pensé que volver a la academia tan pronto podría hacerte peor. — era cierto que Mirai pensó eso la última vez que vio a ese frágil y roto chico poco antes del campamento escolar. — Pero me alegra haberme equivocado.
— ¿Ah? — el ojiazul volteó a verlo, notando como el mayor sonreía levemente de costado y lo que le contagio una sonrisa a él también. — ¡Gracias, Sir!
El héroe profesional asintió, llevando su mano hasta el cabello del menor por un momento para dejar unas pequeñas palmaditas ahí, puesto que no quería desarmar el moño con el que su pupilo logro recoger su cabello, termino por separar su mano, aunque a pesar de eso Megumi seguía sonriendo emocionado por las palmadas que lo hicieron feliz.
