¡Más Vino!.

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Mientras Esteban asumía su paternidad porque si, era el padre biológico de Hugo

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Mientras Esteban asumía su paternidad porque si, era el padre biológico de Hugo. La tía Lucrecia se divertía de bar en bar, obviamente durante el día tramitaba algún divorcio bien dramático pero en la noche se soltaba el cabello e iba a uno de sus bares gay favoritos. Nunca se consideró monogama porque siempre había una mujer bonita por conocer, además siendo una abogada de divorcios no puedes creer realmente en el matrimonio, Lucrecia era una mujer bastante divertida que se escondía debajo del sarcasmo y sus típicas expresiones que dejaban a la vista cuando algo le desagradaba.

No poseía filtro, siempre creyó que su boca iba más rápido que su mente, incluso en el juzgado, sólo que ahí metía argumentos válidos, por eso su reputación como una de las mejores abogadas de divorcio era cada día más conocida; ella también trabajaba en el Bufete junto con Esteban, aunque su caso es más por gusto no obligación como su hermanito. Una de las cosas que más disfrutaba era poder competir con él en todo, detestaba que Sergio [el padre de ambos] prefiriera más a Esteban, cuando ella obviamente era mucho mejor. Así que su mayor pasatiempo ahora es molestar a su hermano.

Justo ahora que a Esteban le apareció un hijo perdido, Lucrecia estaba en las nubes cada que podía molestarlo con ese tema, lo malo es que el mocosito le empezaba a caer bien, tarde o temprano eso destruiría su imagen y no lo quería por eso prefería mantenerse lo más lejos posible del mocoso. En fin ahora vamos con Marcia, hace poco había recibido la noticia de que sus abuelos regresaban a la ciudad para verificar como le estaba yendo al restaurante pero no sólo eso, tenían una sorpresa para su nieta favorita, una de la que no le dirían nada hasta que estuvieran en la capital.

Pero antes de pasar a eso, vamos a una semana atrás, cuando Marcia dejo su cabello en manos de Ari ¿Se acuerdan que ambas habían hablado de hacer cambios para atraer a los hombres? ¡Bueno!. En una de las idas a casa de Ari, ambas bien ebrias por supuesto, nunca hubieran echo nada de no tener una o dos botellas de vino en mano; Ari encargo tres cajas de tinte para cabello, obviamente no le dijo el color a Marcia pues la idea era hacer algo totalmente inesperado y fuera de serie, así fue como la sentó en el piso de la cocina que estaba cubierto por una bolsa de basura ¿Qué? ¿Creían que iban hacerlo así y ya? El piso hubiera quedado horrible después.



– ¿Segura que esto es buena idea? — se sirvió más vino

– ¿Cuándo he tenido una mala idea yo? — arrastro las palabras

– Muchas veces — carcajea — Demasiadas veces

– Está... Va a ser de las mejores ideas, eso te lo juro Marcia bebé — se inclina para dejar un beso sobre su cabeza — ¿Empezamos?

– Tú date, si quedo calva ya verás después como te rapo la cabeza para estar iguales

– ¡Así se habla! — le coloca la toalla sobre sus hombros — ¡Vamos a teñir este cabello! ¡Wuuuuu!




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