✨INFINITO ✨ [FUGAMINA/ITADEI/SASUNARU]

Capítulo 4: "Sólo una noche"

Autor del capítulo: Moxkie Mook.

Minato ingresó a la cocina y rompió en un llanto desconsolado. Kushina estaba chupando una cuchara llena de crema y miró sin sorprenderse a su mejor amigo.

-¿Sabes? Debimos haber tirado a la mierda esa camisa. -le dijo y continuó chupando la cuchara.

-No... la camisa no importa, es... Fugaku... No cambió en lo absoluto y no sé qué hacer...

-Puedes intentar otra vez iniciar de nuevo. Sé que es difícil, pero ese tal Fugaku no parece querer cambiar.

-Pero yo amo a Fugaku y él prometió que- -fue rápidamente silenciado por el dedo índice de su amiga.

-Sshh... En nuestra casa, en este café, en esta ciudad no conocemos a Fugaku. -lo abrazó con fuerza -. Mejor sigamos trabajando, ¿Sí? Todo estará bajo control. Ojalá ésto te ayude a decidir más rápido. -le dió un poco de la crema que sobraba en su cuchara.

-Eso espero... -dijo sin esperanza.

Siguió con su vida por el resto del día, pero de su mente no podía salir aquella mujer que había parecido llegar antes que él a Fugaku.

-«Esa mujer... ¿De dónde salió...? ¿Por qué Fugaku...?» -sus ojos empezaron a mojarse de nuevo.

Kushina sentía lástima al verlo, pero también sentía que era lo mejor, ya que no consideraba a Fugaku como la mejor opción para su amigo, o para cualquier persona.

-«Ella... era igual que la mujer de mi sueño... o pesadilla...» -derrepente, sintió una palmada en su espalda.

-Mejor vayamos a casa. -le dijo con una sonrisa.

Le devolvió la expresión amargamente, haciéndole saber fácilmente lo que pensaba a su mejor amiga.

El día ya había terminado y la hora de dormir había sobrepasado el sueño de Minato. No durmió en lo absoluto y por la mañana, ésto se denotaba en la sombra al rededor de sus ojos. Sus pensamientos por Fugaku y aquella mujer no se habían detenido, al igual que los del propio Fugaku.

Quería enmendar su error y volver con Minato, pero lo que dijo tal vez era cierto: su futuro hijo debía tener un padre y una familia funcional. Pasó varios de sus días sin una respuesta clara del rubio, pero sí de Mikoto. Ahora sabían que sería un varón. No sabía si enorgullecerse o no por saber que debía separarse de Minato.

El tiempo siguió pasando y aún no volvía a verlo. La culpa y la sensación de abandono había invadido todo su ser, pero seguía queriendo respuestas. Quería cumplir su prometido y volver a buscarlo, pero al mismo tiempo volvía a tener el mismo miedo que tiempo atrás: que no le guste que haya vuelto.

Pero le había dicho siempre esperaba con ansias aquello.

Pero esa vez definitivamente también pidió tiempo. ¿Qué le esperaba a su relación si lo irrespetaba de tal forma?

Dejó de importarle aquello para volver a aquel café y encontrar de nuevo a su ser amado.

-Minato... -practicaba en murmuros que creyó que sólo escuchaba el viento -. ¿Qué es lo que... deseas que haga ahora? ¿Qué nos espera a ambos? ¿Por qué...?

-Buenos días. -le sonreía el tan ansiado rubio estando detrás de él. Había escuchado a la perfección sus murmuros de arrepentimiento, pero decidió dejarlos en segundo plano.

-Minato. -trató de mantener la calma para hablar de frente. Se levantó de la silla y lo miró haciendo su mejor intento de actuar con firmeza, a pesar de no lograrlo completamente. Sentía que se le salía por los poros las ganas de arrodillarse ante él y suplicarle por volver. Suplicarle por una tercera oportunidad por más loco que sonara.