XXIV.

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—¿Y lo único que se te ocurrió fue venir a esconderte aquí? —indiferente, el Dios continúa afinando las cuerdas del bajo eléctrico que tiene entre las manos.

—No podía hacer otra cosa...

—Claro que sí, ahora mismo se me ocurren un par, por ejemplo: hacerte cargo de tus acciones.

—No es tan fácil. —reprocha Poseidon, tomando asiento en el amplificador a su lado.

—Lo es, solo que te gusta complicarte. —por el rabillo del ojo el Dios le observa, continuando con su trabajo, no sin antes añadir:— Dañas un cable y no sales con vida.

De forma tan disimulada como le es posible, el tirano deja los pies al aire para evitar tocar los cientos de cables que están por todas partes.
No le tiene miedo, pero ahorrarse una batalla con su mejor amigo nunca está de más.

—Si sabes que ese instrumento es de la humanidad contemporánea, ¿cierto?

—Por supuesto.

—Y no fue hecho por Dioses.

—Conozco su historia.

—¿Entonces para qué lo tienes? según me consta, aborreces a los humanos casi tanto como yo.

—Bueno, según a mí me consta, tendrás una hija con un humano. Dudo que los odies tanto como dices.

De forma milagrosa Poseidon no se enoja por el comentario, quizá se deba al remitente del mensaje, pero de él solo se escucha una ligera risa traducida como un touché.

—Y respondiendo a tu pregunta es porque, a diferencia de ti, mi estúpido amigo, yo reconozco lo que estoy dispuesto a hacer por un humano en particular. —no es ninguna incógnita para ambos que Apolo tiene, al igual que el 90% de seres, una facilidad superior a Poseidon para identificar sus propias emociones.

Ambas cejas se elevan en el tirano y la expresión de sorpresa llega como tornado cuando le escucha.

—Anda, pregunta. —concluye Apolo con una sonrisa, dejando de lado el bajo.

—¿Quién...?

—Simo Häyhä.

—¿Einherjer? ¿pero cuándo?

—Poco después de la cancelación del Ragnarok.

—¿Cómo?

El Dios del sol desvía su visita al techo, sin poder eliminar la sonrisa de su joven rostro. Se encoge de hombros, cómo si fuera un detalle sin importancia.

—Lo encontré junto a un barbón raro con el que se escondía del resto de einherjers, pues muchos solo buscaban pelear con alguien fuerte.

—Siguen pareciendo animales.

—En parte lo son, pero en fin. El punto es que me los encontré mientras buscaba a Brunhild, Simo se interesó en el arco que pensaba usar para mi batalla... —es casi tan raro como adorable el ver a dos de los Dioses más arrogantes en todo el Olimpo compartir ligeras sonrisas por sus respectivos recuerdos creados con humanos— No sé porqué lo dejé con vida, pero menos mal, de lo contrario nunca habría descubierto que es francotirador.

—¿Qué es eso?

—Como un arquero pero moderno. Y créeme, es el mejor, me apiado del Dios con quién le hubiera tocado. Usa un fusil estándar M28 Pystykorva, habría sido asombroso que naciera en Grecia cuando las guerras estaban más vivas...

—Ni me lo digas, ¿tienes idea de cuántas batallas habría ganado si conociera a Kojiro en un mejor período?

—¿Es bueno? apenas mostró poco y nada en su batalla.

Ancla [Sasaki x Poseidon] Where stories live. Discover now