Cap 18: Organizando las piezas

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- ¿Cuál es el plan entonces?

- Por lo menos déjame en paz hasta que lleguemos a Tokio - reclamó con pesadez Daiki mientras miraba por la ventana del avión.

- Como gustes. Pero quiero saber algo - anunció Atsushi atrayendo levemente la atención del pelinegro - ¿Era necesario que consiguiera un avión privado?

- Si no hacíamos esto mi abuelo se hubiera llegado a enterar que estamos yendo para allá apenas hubiéramos tomado un tren o un avión.

- Pero hace tiempo me dijiste que nos estaban espiando. ¿Qué acaso ellos no podrían avisarle?

- Ellos empiezan a seguir nuestras rutinas una vez salimos del trabajo. Fue por eso que te dije que saliéramos por la madrugada además de dejar nuestros autos en nuestras respectivas empresas.

- ¿Y acaso no se darán cuenta para cuando sea la hora del almuerzo?

- Para ese entonces ya habremos llegado donde mi abuelo. Ahora déjame en paz hasta que lleguemos a Tokio - exigió Daiki mientras se acomodaba en su asiento para poder descansar.

- Al parecer su despedida con Nino no salió como él esperaba. No por nada tiene un humor de mil demonios desde que nos encontramos - pensó Atsushi mientras miraba con detenimiento al que una vez llamó "hermano".

Al llegar a Tokio, Daiki sugirió buscar un hotel algo alejado de donde residían sus parientes. Era mejor no arriesgar que alguien los reconozca.

- ¿Conseguiste algo con tu visita a la lacra esa? - preguntó Atsushi mientras ponía su maleta encima de su cama.

- Le costó hablar al inicio pero todos hablan al final. Tal y como lo pensé, no era la primera vez que Katsumoto los contrataba para algo así. Fueron tres chicas las que fueron raptadas y una de ellas violada por esas sabandijas - reveló Daiki con notoria repugnancia hacia su primo y los hombres que contrató.

- Te aseguraste de grabar lo que confesó, ¿verdad? - Daiki mostró una grabadora de voz - Bien, intenté conseguir algo encontra de él pero como te dije tu familia suele ocultar bien las cosas que podrían significar algún problema para sus intereses - comentó mientras buscaba un archivo en su laptop - Pero Katsumoto no es la persona que entienda muy bien lo de no armar alborotos innecesarios. Mira.

El archivo que Atsushi abrió era un video grabado desde un celular en el interior de la cocina de algún restaurante con Katsumoto gritando al chef principal que dejará de interponerse entre ella y una chica. Que esa chica le pertenecía y que si no se quitaba no dudaría en clausurar el restaurante y manchar de tal manera su apellido que ningún local le permitiría trabajar nunca como chef en Japón.

- ¿Sabes cuál la relación entre el chef y esa chica? - preguntó Daiki.

- Según lo que investigue son padre e hija. Se apellidan Watanabe. Por casualidad, ¿esa chica es una de las que Katsumoto mandó a secuestrar?

- Sí - respondió Daiki antes de apretar los puños - No quiero imaginarme las asquerosidades que le habrá hecho a la pobre chica.

- Esto debe ser más que suficiente para poner a Katsumoto detrás de las rejas.

- ¿De cuándo es el video? Su ropa se parece mucho a la que uso cuando vino contigo a mi oficina.

- Es de ese día. El video fue grabado por uno de los empleados de la cocina. Para su suerte, Katsumoto no se dió cuenta.

- Es muy probable que al final haya logrado traerse a la chica consigo. Por lo que tenemos un testigo en su contra en este lugar.

- ¿Tú lograste encontrar alguna información encontra de tu abuelo?

Como dos gotas de aguaWhere stories live. Discover now