Capítulo 15

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Alessandro:

Cierro la puerta por mi atras viendo a mi suegra que se encuentra de pie cerca de la ventana con la mirada perdida.

Se que me siente, sabe de mi presencia, pero me ignora y sigue mirando a la nada.

Las flores y los regalos que traje, dejo en una mesa con los otros y cuando estaba por acercarme para saludar, habla.

__Qué haces aquí. ¡Vete! __su voz rapoza y seca retumba la habitación.

__Alida...

__¡Qué te vayas!__me quedo en completo silencio por su brusquedad.

Entonces ella vuelve hablar.

__Acabaste con ella, llevaste a la ruina a mi hija. Prometiste cuidar con tu vida cuando te entregamos, pero... __se da la vuelta y me dirige su mirada fría y lleno de dolor.
Sus ojos ya no tienen ese brillo que poseía al igual que su hija, ahora se encuentran apagados. Su aspecto desaliniada y el dolor le quitaron varios años.
Esa mirada lleno de cariño con lo que me miraba, ahora se convirtió en odio y desprecio.

__La mataste __me acusa.

Sin poder sostener su mirada lleno de odio y dolor, avergonzado, bajo la cabeza.

__Lo siento __susurro.

__¿Qué culpa ella tenía al tener esa enfermedad que no le permite tener hijos? pero eso no quería decir que mi hija estaba seca. Mi hija si podía darte un hijo así como yo traje al mundo a ella que desgraciadamente heredó mi enfermedad, pero fuiste tan poco hombre que la dejaste y buscaste en alguien más.

__Las cosas no son así. Yo nunca...

__¡A mi no me quieras ver la cara, sinvergüenza! __grita con desesperación y coraje__. ¿Por qué lo hiciste? por que la dañaste a mi hija de esa manera hasta llevar a la muerte. ¡¡Por qué lo hiciste!! ¡Por qué, cuando solo debías cuidarla! __golpea mi pecho con desesperación__. ¡Por qué me quitaste a mi única hija! ¡¡Por qué!! __grita, llora, y dejo que golpeé mi pecho sintiendo borroso mi vista.

Como me gustaría gritar que Adara, esta viva, que no es a su hija a quien enterraron, pero es mejor que no sepa hasta que todo se solucione.

__Devuélveme a mi hija, Alessandro, traemela de vuelta tal como te entregué. Una hermosa capullo de rosa que abría sus pétalos y no la marchita en lo que la has convertido __solloza.
Y esas palabras me destrozan el alma.

__Lo siento, Alida. Lo siento. No quería que terminara así. Perdóname __limpio mis lágrimas que bajaban por mis mejillas.

__Que más da __después de cansarse de golpear mi pecho con su puño, se aleja y me da la espalda__. Ya todo acabó, nuestro razón de vivir ya no está.
Ahora ya puedes vivir tranquilo con esa mujer. Mi hija ya no será un obstáculo en tu vida.

__¡No! Estas...

__Vete y evita no cruzarte nunca en mi camino. ¡Desaparece de nuestras vidas!

__Alida...

__¡¡Qué te largueees!! __grita.

Asiento mientras limpio mis lágrimas que empapaban mis mejillas.

Totalmente destruido y derrotado, cabizbajo, me doy la vuelta y doy paso hacía la puerta.

__Y llévate tus porquerías que no necesito __sus palabras me detienen.
Entendiendo su pedido. Tomo las cosas que traje y salgo de la habitación totalmente desechó.

Esta en todo su derecho en odiarme, por que no cuidé como la prometí en el altar, no confíe en ella cuando eramos solo uno.
Solo por tratar de proteger la dañé como nunca en la vida, destruí nuestro matrimonio, el inmenso amor que nos teníamos, la confianza y los años que compartimos, lo mandé por un caño con mis mentiras.

(NUNCA ME SUELTES ) En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora