Capítulo 4

74 8 15
                                    

—Tenías que aceptar el dinero, Nix, por dios.

Víctor niega con la cabeza, como si hubiera cometido el peor error del mundo. ¡No podía aceptar eso!

—A mí no me falta el dinero —Me encojo de hombros mientras camino a su lado. Siempre que caminamos juntos disminuye la velocidad porque soy más chiquita y me quedo atrás.

—Pero tienes un mejor amigo que consentir ¿sabes?

Me rio y esta vez soy yo quien niega con la cabeza. Lo dice como si no le compartiera mis meriendas y le cocinara galletas solo para él. Él es un consentido pero eso no es culpa mía, es culpa de su mamá y de Tyler. Yo solo tengo que seguir con lo que ellos han hecho para que el dramático no muera.

—Ya estás consentido de más —Lo empujo, no se mueve un centímetro—. Deberías consentirme tú a mí.

—Creo que esa vez que te conseguí el libro de edición limitada que querías cuenta para toda la vida —Me sonríe con suficiencia. Siempre saca a relucir ese tema.

—Eso fue el año pasado, ya no cuenta.

Bufa indignado, luego me toma de la mano para cruzar la calle y entrar al colegio. En la entrada nos encontramos con Tyler y me da risa ver que no saben si saludarse con un beso, un abrazo o darse las manos. Todavía tienen una «relación indefinida». Palabras de ellos. Al final le doy un empujón a Víctor y se dan un abracito. Tyler me saluda con un gesto de la mano cuando se separan y entramos al edificio, ellos mantienen una conversación y yo los escucho.

Las festividades son muy importantes en Grashville, cualquier cosa que nos dé una excusa para hacer eventos y decorar lo es. Para Halloween, por lo general escogen el tema de alguna película para decorar la escuela; por lo que puedo ver este año tocó "El increíble mundo de Jack" y un muñeco gigante de él nos sorprende en los pasillos de los casilleros. El resto del lugar está ambientado igual que la película.

—Tómame una foto con esto —Me pide Víctor entregándome su teléfono y ubicándose junto al muñeco gigante.

Le tomo varias, luego otras con Tyler y por último una selfie de los tres. Luego de la sesión de fotos cada quien se va por su lado hacia su casillero.

A mí me gusta Halloween, pero nunca me he disfrazado o he salido a pedir dulces porque mi mamá no lo celebra y por ende yo tampoco. Tampoco puedo ir a casa de papá en Halloween porque él sí celebra, las maravillas de los padres divorciados. Pero en general me gusta la estética, el otoño y las películas. No las de terror, aclaro.

Cuando llego a mi casillero, hay algo pegado en este. Y yo que pensé que esto ya se había acabado, puesto que ese día luego de que Tom se fue, me quedé otros veinte minutos esperando y nadie llegó, nada pasó. Me acerco otro poco y descubro que es un tulipán tejido en crochet. Lo despego, observo alrededor y tras asegurarme de que nadie está pendiente de mí sonrío un poquito. Esto es lindo.

Tiene un papelito atado alrededor del tallo, como esos que ponen en los regalos. Observo de cerca y no hay nada escrito, solo un corazón así «<3» y un dibujo de una media luna. De nuevo, no tengo ninguna pista para saber quién está detrás de esto.

Sostengo la flor con una mano y con la otra abro el casillero y ahí está, una dichosa carta. Ya no es en sobre azul, sino de papel de reciclaje. Víctor diría que es vintage.

La saco y la abro lo más rápido que puedo porque ya no me deben quedar muchos minutos antes de entrar a clase. Desdoblo la hoja que saqué de la carta y ya no hay letra impresa, sino un collage de letras recortadas de revistas o libros.


«sunflower, my eyes want you more than a melody

let me inside, wish I could get to know you».

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 28, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cartas de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora