Vier

8 1 0
                                    

Querido Sebastián,

Sabes que soy una tonta por tu amor.
¿Por qué dejaste nuestro amor a lo último? Me tienes entre tus manos.

Se que no volverás, Sebastian. Se que eres feliz sin mi. Los he visto tomados de la mano y tengo tantas preguntas... ¿acaso fui un chiste para ti?
Creí que eras honesto y que nada podría salir mal, ¿mentías todo este tiempo? Me siento usada, como un títere fácil de manipular. Si tan solo hubieras sido claro y honesto todo esto no hubiera sido tan confuso.

Te entregué todo de mí, sólo obtenía mentiras de tu parte pero mi alma se conformaba con eso, porque no puedo estar sin ti.

Hay un hilo rojo que está amarrado de mi meñique al tuyo y por más que quiera desatarlo no puedo. Mi destino es sufrir por ti.

Tu actitud indiferente me destruía el corazón en mil pedazos y arruinaba todo a nuestro alrededor.

Sebastian, no te puedo odiar. Ni siquiera tengo fuerzas para hacerlo, estoy en un pozo profundo lleno de mis propias lágrimas, el eco de mi alma gritando de aflicción por querer estar contigo retumban en él.

¿Por qué descuidaste todo?

Si lees esto, tal vez ya sea demasiado tarde.

-D. Keller

-¿Mamá, hace cuánto tiempo llegó este sobre?-pregunté un poco desesperado

-En cuanto te mudaste con Caroline llegó, hace como 6 meses. Te lo estuve guardando, pensé que era importante... ¿pasa algo, Seb?- mamá me buscaba mi mirada y me agarró del brazo con firmeza.

-No pasa nada, mamá. Debo irme.- besé su frente y salí rápido de su casa para después manejar lo más rápido que pude.

Era Dolores, debía hablar con ella. Sabía que se encontraba en su casa, con sus gatos. Supuse que estaría en su casa por la hora que era, las seis y media de la tarde. Sabía que a esta hora ya se encontraba en su casa, de seguro estaba con sus gatos, tejiendo o bebiendo té como de costumbre, o leyendo o tal vez tocando la guitarra con su cuaderno a un lado tratando de hacer una canción. La conocía a la perfección, la conocía mejor que ella se conoce.

¿Por qué la había dejado ir? Era algo que me mantenía con los ojos como dos faros en medio del oscuro mar. Siempre subestimé la frase "no sabes lo que tienes hasta que lo dejas ir", también subestimé a Dolores. Ella era lo que en verdad me hacía feliz y ni siquiera lo sabia.

Cuando llegué a su casa, me estacioné y rápido subí las escaleras y toqué su puerta. No obtuve respuesta alguna. Volví a tocar el timbre y la puerta de forma un tanto agresiva hasta que salió un hombre grande y corpulento lleno de tatuajes y una barba bastante patética.

-¿Qué demonios quieres?- habló el hombre con voz de alcohólico crónico.

-Vengo a ver a Dolores, ¿se encuentra?-ese tipo no me intimidaba, y menos si teníamos que golpearnos con tal de ver a Dolores.

-Aquí no vive ninguna Dolores. Acabo de mudarme hace 4 meses. Ahora largo de aquí si no quieres tener problemas.

-Gracias y disculpe el mal entendido.- devastado, regresé a mi auto y azoté la puerta una vez dentro de este. Golpeé el volante, tanto que mi auto empezó a pitar como loco.

Traté de respirar y rápido pensé en su mamá. Sabía perfectamente el camino a su casa, así que encendí el auto y me dirigí para allá.

Mientras manejaba lloraba como un bebé sin consuelo, torrentes de lágrimas salían de mis ojos. Miraba por el retrovisor y mi cara estaba casi irreconocible. Sólo me quedaba rezar por encontrarla en casa de su mamá.

Du hast das Ende der veröffentlichten Teile erreicht.

⏰ Letzte Aktualisierung: Dec 22, 2023 ⏰

Füge diese Geschichte zu deiner Bibliothek hinzu, um über neue Kapitel informiert zu werden!

Sebastian Stan ~One Shots~Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt