La inocencia en los ojos del demonio.

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Mis pensamientos se volvieron exclusivamente de Taehyung, quien sin reclamarlos, se hicieron de él en el primer momento en que yo me di cuenta que el susodicho no me dejaba en paz. Día y noche aparecía en mi cabeza, las últimas veces que nos vimos y tantas otras que yo logré esquivar con algo de ingenio, pero la verdad es que este hombre tenía algo demasiado extraño, a tal grado, que ahora en lo que se supone que debería de ser una cena familiar bonita y armoniosa, él seguía abrazando mis demonios y se rehusaba a irse al menos un rato de mi cabeza. Así la pasé toda la tarde, ida y pérdida cuando recordaba su pregunta, de repente los tema tan carecientes de coherencia, me dejaban una fea sensación en el pecho. Yo no quería seguir teniéndolo como la principal fuente de mis preguntas, porque me dejaba un mal sabor en la boca y quien quiera que pudiera verme pensaría que estoy más ida que sentada en la mesa.

Y así fue cuando la voz neutral y lejana a mis oídos de mi madre, captó la atención de mis ojos. La miré por unos breves segundos, no logrando ocultar mi sorpresa por haberme sacado de esta burbuja que se iba haciendo cada vez más densa. En cierta parte se lo agradezco.

-¿Heoni, todo bien?-me cuestiona, tomando un corto trago de alguna bebida que hasta el momento no había notado. Yo la observo recaída, y regañandone a mi misma por mi falta de atención, y solo le desvío el tema con un asentimiento de cabeza. Mi madre no se lo cree, juzgando la línea recta de sus labios, pero tampoco se profundiza en el tema.

Otra cosa que también agradezco.

Entonces vuelven a hablar de nuevo, abordando diferentes temas, no tan revelantes para mí, porque de la nada la comida se me revuelve en el estómago y la uso como perfecta excusa para salir de allí. Tal vez necesitaba estar a solas y arreglar mis pensamientos.

He podido con temas más difícil antes, porqué no podría ahora.

Digo alguna tontería sin mucho criterio por parte de nadie, y tras mirar lo poco que quedaba en el plato, me alejo de la mesa a paso lento. Sé que mi cara demuestra facciones tristes, pero sinceramente eso está lejano de ser certero.

                       ...

Las horas pasan y mi cabeza no se desprende de lo mismo. Siquiera mirar el celular o centrarme en tareas, logra quitarme los sucesos de hoy a la mañana. La cara indiferente de Taehyung, su sonrisa sospechosa incluso, y para vergüenza mía, el aroma de su perfume no se me deja de hacer presente en estos momentos. No cambió mucho mis sentimientos de los que tenía en la mesa. La diferencia es que ahora estoy acostada en mi almohada, a espaldas del ventanal y con las sábanas por debajo de la cadera.

El sueño es uno de los grandes problemas que se presentan en mi día a día y la verdad es que es frustrante. De ahí a qué en clase me caiga del cansancio o tenga pocas o nada de ganas de hacer, bueno, absolutamente nada.

Tengo frío, pero no siento las suficientes ganas para mover la extremidad del brazo y arroparme. Así que me quedó inerte en la pose que estoy. Poco a poco voy logrando caer en algún tipo de sueño, pero de modo muy lento a como a mí me gustaría.

Taehyung.

Mi cuerpo reposa en el ventanal de la chica, sentado, con una pierna doblada hasta la rodilla y la otra colgando hasta tocar el suelo. Mi brazo descansa en la pierna doblada y el otro en la pierna contraria. No hace mucho llegué aquí, tal vez hace diez minutos, no tengo clara exactamente el momento. Pero lo que si tengo claro, es que en ningún momento se movió de la pose actual que tiene en estos precisos momentos. Mis ojos dibujan su espalda a la muestra, y van investigando con algún detenimiento su oscura habitación, la cual no podría visualizar sino fuera por los atrevidos rayos de luz que la luna proporcionaba al balcón de Heoni, y un poco más adentro de su dormitorio.

Al principio dudé si sentarme aquí sería una buena idea, sonaría enfermizo para oídos ajenos, pero algo fuerte me trajo hasta donde estoy, algo que conozco demasiado bien y que no fue sencillo para mí pasar de alto. Y no malinterpreten, no es referido a su físico ni nada que se enfoque a esos temas, porque lo que yo sentía iba mucho más allá de lo carnal.
Por lo tanto para mí sentirme así de atraído por una... Humana no es algo que yo llamaría habitual.

Desde que la vi en mi ingreso al aula y tantos ojos que se fijaron en mi persona, sinceramente valiendome una mierda los pensamientos ajenos, supe desde el minuto uno que algo dentro de la azabache me tenía preso de su persona.

Namjoon siempre me comentó de este proceso, de esté sentimiento que reconozco que he sentido en otras varias ocasiones, en años pasados o siglos también. Pero la dura diferencia es que nunca llegué a la necesidad de tener que tenerla tan cerca. Ya sea quien sea y cómo me atraiga esa persona, yo lograba controlarme y mantener una buena distancia.

Y mirenme ahora.

Y sí, ya sé que lo que hago no está bien, y no es ya ni por hablar de mis acciones con ella o lo que estoy haciendo yo aquí, porque nos alejamos de la maldad o realidad, para tocar temas más... Sobrenaturales. Estoy metiendola en un mundo que puede resultar trágico. Mi propia cercanía puede matarla en un abrir y cerrar de ojos, incluso yo mismo no descarto la idea de asesinarla bajo mis propias manos cuando mi naturaleza llame a la puerta, y está bien. Porque sé que está mal, y sin embargo no puedo detenerme. Pelear conmigo mismo se me hace doloroso, porque no soporto reprimirme cuando me conozco y sé que obtengo todo a mi manera, sin embargo nunca toco el lado prohibido. Pero por ella, ahora mismo me desconozco.

Me dezconosco por desear morderla sin miramientos.

He's Weird |Kth.Where stories live. Discover now