✧ Capítulo 2 ✧

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Fuerza de voluntad

Antares:

Odiaba a los Weasley con mi alma.

Y a Granger también por siempre estar de entrometida.

Por supuesto que mi encuentro dos noches atrás con George en la cocina no quedó en solo palabras, porque los hijos de puta llenaron mi piano de aceite, haciéndome imposible tocarlo por la mañana.

Los iba a matar.

Lo peor del caso, es que al parecer a mi padre le parecía demasiado cómica la situación, decía explícitamente que les recordaba a él de adolescente. Y yo no supe si eso me dio asco o repulsión.

Lo cierto es que no tenía cabeza para pensar en ellos en este momento de mi vida, tenía demasiadas tareas que hacer para la orden como para cuidarme de dos niños pequeños molestosos.

Sí, los aborrecía con la misma intensidad que ellos a mi, pero había prioridades en esta vida, y rebajarme a su nivel no era algo que podía permitirme en este momento.

Ya era lo suficientemente malo que mi madre me estuviera obligando a quedarme todo el verano aquí, con lo mucho que sabía odiaba el lugar.

Recordaba los años en los que tuvimos que ocultarnos entre estas cuatro paredes, porque al ser la única familia viviente de Sirius, y las únicas mujeres Malfoy, suponíamos un peso enorme con los idiotas que querían dinero fácil.

Nuestras cabezas fueron subastadas al mayor postor y nos vimos obligadas a dejar el mundo mágico por más tiempo del que hubiese querido.

Véase a una Malfoy huyendo, una verdadera vergüenza.

No me dolía decir que creía en la pureza, aunque no lo hiciera, pero no era mi culpa, crecí con esa ideología en cuanto tuve la edad suficiente para vivir con mi tío Lucius.

No solo era miembro de los sagrados veintiocho, era descendiente de dos de las casas más grandes e importantes del mundo mágico, tenía habilidades que ningún otro en mi generación podría, una cuenta bancaria más gorda que la de el mismo Draco, y por lo tanto, un comportamiento al nivel de mi posición.

Tampoco pediría perdón por lo que a los demás no les gustaba, se sabía de sobra que nunca se podría mantener a un Weasley satisfecho, y que Molly intentara fingir ante mi madre que le agradaba, era igual de repugnante que sus hijos fingiendo que no me miraban los pechos cuando aparecía en algún lugar de la casa.

Y eso añadiendo a la quisquillosa Ginevra y a la entrometida de Granger, que honestamente no sabía que carajo hacía aquí.

Con razón mi abuela se la pasaba gritando por el retrato, meter a una sangre sucia en su casa, imagínate, de estar viva se volvería a morir por el infarto que le daría ver a un hombre lobo, una familia entera de traidores, a mi padre y a una descendiente de squibs en su recinto sagrado.

Pobre, esperaba que el lugar en el infierno en el que se encontraba, le evitara saber que esto estaba sucediendo.

Que mi padre le hubiese ofrecido a Dumbledore mi casa ya era lo suficientemente malo, pero que aparte me pidiera apoyarlos con la orden fue un abuso.

Inexorable || George Weasley Fanfic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora