✧ Capítulo 3 ✧

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Tira el hechizo

George:

Lo había jodido y hasta el fondo.

No se en que parte de mi mente besarla fue una buena idea, pero definitivamente no en la cuerda y lista.

Ahora llevaba más de dos horas dando vueltas en la cama, siendo incapaz de conciliar el sueño, porque seguía recordando ese beso una y otra vez.

Como si fuera una canción en bucle. Que no hacía nada más que repetirse sin cesar. 

Necesitaba olvidarlo.

No podía ni imaginar lo que Fred me haría si se enteraba, o lo que diría mi madre si supiera.

¡En que cabeza cabía!

Y es que yo sabía que muy listo cuando se trataba de mujeres no era, pero dejarme tan al descubierto frente a alguien que honestamente si detestaba, era caer demasiado bajo.

No pensé antes de actuar —como cualquier acción que hacía en mi vida— pero esto había rebasado todos los pocos límites que aún me quedaban.

¿Se podía perder la cabeza por un beso?

La respuesta era jodidamente si, porque yo ya la tenía colgando de un hilo.

¿Por qué coño no me alejó antes?

Honestamente creí que meterme con ella iba a ser divertido, mi plan no era besarla de nuevo, mi enfoque seguía en las mil y un cosas que le diría a Sirius por la mañana respecto a poner a su hija en peligro de esa manera. Pero al parecer, no pensé en que, como siempre, Tari Malfoy era más de lo que un mortal podía manejar así estuviese muy cuerdo.

Así que hice la segunda estupideces en el día —y eso que apenas eran las tres de la mañana— salí de la habitación en silencio, no me preocupaba despertar a Fred, podía caer un meteorito a su lado y el no estaría por enterado.

Pero mi madre dormía a solo una habitación de distancia, y teniendo tantos hijos, su sentido materno para detectar que uno estaba a punto de hacer una estupidez, era macabro.

Ni siquiera me puse las sandalias, caminé en calcetines y subí las escaleras al tercer piso. No hizo falta pensar en cuál sería su puerta, era la única rosa alrededor del negro que abundaba en el lugar. Su abuela se había tomado muy en serio eso de apellidarse Black.

Toqué tres veces, rezándole al cielo que estuviese durmiendo y no me abriera, porque ni siquiera sabía que estaba haciendo allí.

Pero como siempre, hizo exactamente lo que no quería que hiciera, abrió la puerta con el ceño fruncido, y cuando se dió cuenta que era yo, los ojos casi le saltan del craneo por la sorpresa.

Bueno, al menos no me esperaba. Puntos para mi por no darle más motivos para regodearse en mi tumba cuando me matara.

—¿Sabes qué hora es?

—Honestamente no.

—Lárgate a dormir Weasley.

Inexorable || George Weasley Fanfic. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt