✧ Capítulo 9 ✧

1.2K 119 10
                                    

Estar a tu lado

Antares:

Era un tanto gracioso ver cómo pasé de ser la persona más odiada por los gemelos, a evolucionar, subir de puesto, y adueñarme de su completa atención.

No había movimiento, paso, mirada o acción que no vigilaran, era como si, cada vez que no me tenían en su radar, temieran que la próxima vez que me volvieran a ver me encontrarían moribunda.

Y solo por verme un poco magullada y lastimada. Exagerados.

Pero hablando exclusivamente de George, saber que sus ojos dorados no se alejaban en ningún momento de mi, me hacía sentir un poco más importante de lo normal.

La conversación con mis padres al día siguiente del desastroso evento de mi noche de mala suerte, fue lamentable y atroz.

Sirius Black no estaba acostumbrado a ser reprendido, pero dejando de lado las palabras poco respetuosas que los gemelos le dieron, añadir los improperios de mi madre al muy estilo Malfoy, fue verlo por primera vez mordiéndose la lengua.

Ahora se supone que tenia "prohibido" salir sin Dora.

Y aunque al principio la decisión me enfureció, no pude hacer nada al respecto, y tampoco quise, honestamente mi reciente fuente de entretenimiento estaba dejando de ser divertida para volverse peligrosa.

Y supongo que eso es algo que ningún miembro de la Orden actual pudo prever, porque cuando mi madre soltó maldiciones frente a todos —incluido Dumbledore— fue como si la bofetada de culpa los golpeara en el estómago, al menos por unos minutos.

Se decidió —sin permitirme objetar— que debía descansar, al menos en los siguientes días. Las recientes bajas en los novatos que se añadían cada tanto al ejército de Voldemort, estaban comenzando a ser reveladoras.

Y alguien con mi adiestramiento, maniobras y formas de lucha, decir que si seguía así no tardaba en ser descubierta, era un problema en el que no podía pensar. Porque al parecer, mi ayuda era necesaria, sobre todo ahora que estaban ideando un plan para traer a Potter a Grimmauld Place lo antes posible.

No me divertía para nada tener que estar haciendo trabajo sucio mientras los adultos solo se preocupaban por Harry, pero no era lo suficientemente importante como para que pensaran en mi bienestar.

Tuve que mandarle una carta a Draco, —escrita en código— para que supiera que estaba bien. Los Malfoy podíamos ser mucho más odiosos de lo que ya éramos si nos mantenían con la incertidumbre de no saber de alguien a quien queríamos. Y mi primo y yo teníamos un vínculo especial.

Ninguno podría vivir sin el otro, era como el Tío Lucius con mi madre, aunque este lo disimulara mucho más.

Pero la verdad es que tampoco quería ser miembro de la Orden, lo pensaba antes y lo hago ahora, no me interesaba pelear en una guerra que no era mía.

Y, como bien lo dijo George, mi bienestar interesaba más que ayudar a Dumbledore, porque yo no era una clase de persona que trabajaba en cubierto, lo hacía por mero entretenimiento, no pensaba ganar nada a cambio, así eso fuera lealtad o que dejaran de mirarme como si fuera una clase de doble espía, como supe hace poco Snape era.

Y mis recientes noches sin nada que hacer, se volvieron algo que George utilizó para acercarse mucho más a mi.

Había pasado exactamente una semana desde que me di cuenta, por su silencio, que le gustaba.

Inexorable || George Weasley Fanfic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora