🅨︎🅞︎🅤︎ : [ OC One-Shots ]

Young! Shion : "Nombre"

꧁ masc reader || fluff ꧂

Desde que saliste del closet, nadie te hablaba para nada que no fuera burlarse o insultarte. Nadie te miraba si no era para juzgarte o voltear enseguida después. Nadie te nombraba si no era con tu viejo nombre o para hablar mal de ti.

Le habías contado a un amigo que creías era de confianza, pero rechazó al verdadero tú, y esparció la noticia por toda la universidad.

Ahora nadie quería acercarse a ti.

Nadie excepto Shion.

No es que fuera la excepción porque él te entendía y te trataba bien, y te apoyaba, no.
Era la excepción porque apenas sabía que existías; aunque a decir verdad, Shion apenas sabía que nadie existía. Era muy callado e introvertido, muy centrado en sus estudios, quizás demasiado. Tanto así que ni siquiera era tan amigo de sus propios amigos.

Pero en fin, ahora, por milagros de la vida, te había tocado hacer grupo con la única persona del curso que no quería escupirte la cara.

Aun así, te costaba no ponerte aunque sea un poquitito nervioso cuando lo veías acercarse y tomar asiento junto a ti en tu mesa.

-Hola- dijo, con una voz que hacía lo posible por ser calma, mas parecía igual de nerviosa que tu- Soy Akaneru Shion.

-Ah, yo soy Hi-

-_____, ¿cierto?

Te paralizaste.

Te había llamado por tu nombre. No el nombre que decían tus varios documentos personales y tus exámenes y la lista de alumnos en el escritorio del profesor.
Sino tu nombre. Tu nombre que nadie usaba, o que nadie quería usar. Ese nombre.

-¡SI! D-Digo, _____, si, ¡ese soy yo! Hehe...

Akaneru apretó los labios en una sonrisa tímida, bajó la mirada a donde sus manos jugaban con su bolígrafo, tratando de pensar en algo que decir.

-Así que...- comenzó, rayando círculos en la esquina de la hoja de su cuaderno para distraerse- ¿Qué había que hacer para este trabajo?

.

.

.

Te gustaba Hamlet. No la persona, sino la obra, claro; y normalmente estarías más que feliz que hacer un análisis de su belleza teatral, el vocabulario, los recursos literarios, todo lo que hacía a Hamlet, Hamlet (o a cualquier obra de Shakespeare).

Pero te gustaba trabajar solo.
Te habías acostumbrado a trabajar solo.
A estar solo.

Pero ahora estabas, muy impacientemente esperando por la llegada de Shion a tu casa para comenzar con el trabajo.

Subías y bajabas las escaleras de la casa, convenciendote de alguna manera de que aún te quedaban cosas por limpiar a pesar de haber barrido, lavado, lustrado, sacudido, y pulido hasta las cosas viejas del ático.

Por supuesto, tus padres ayudaron. Bueno, tu madre lo hizo, tu padre simplemente no había ensuciado nada por el momento.
Después de todo, les emocionaba que trajeras a un chico a casa, incluso si el motivo era meramente académico, porque por supuesto que lo hacía. Solo que les causaba dos emociones totalmente diferentes: Ella estaba feliz con la idea de verte madurar y conseguir pareja, y él estaba preparando la escopeta. En fin.