•Capitulo 20•

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No fue sorpresa la fuerza de Caius, muy pocas veces la había utilizado sobre mi, pero siempre que se lo pedía no dudaba por un momento, algo que me dejó en claro que el siempre estaba a la espera de mi confirmación. Sus manos estaban tensas y sus ojos un poco agotados, se habían formado unas pequeñas ojeras y su piel estaba más opaca y menos brillante.

- Caius, se que estás muy preocupado por todo este asunto, yo también lo estoy, pero estamos juntos en esto, no te guardes tus problemas para ti, ya no- sus ojos me decían todo, sin decir ninguna palabra, unió muestras frentes y nos quedamos así un rato más, acaricie su cabello mientras su cabeza se recargaba en mi hombro.
No decía nada, pero no es como si no le entendiera, quería amor, mucho amor, necesitaba atención, no como rey sino como una persona más con defectos y debilidades.

- Caius, mañana será un largo día, por favor...- sus labios me apricionaron, era un beso demaciado profundo y hambriento, demostraba la verdadera bestia que surgía y nacía por dentro de la gentileza de su corazón.

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Caius se despojo rápidamente de su pijama y acorraló a Kouichi contra la pared, la mínima fricción causaba estragos en el más pequeño, por primera vez en mucho tiempo, Caius no pensaba ser delicado ni caballeroso, tenía en claro que esa noche no solo iba a satisfacer las necesidades de Kouichi, si no las suyas también.

La habitación tenía un ambiente completamente cálido y la oscuridad de la noche ayudaba bastante con el ambiente del lugar, Caius acariciaba el cuerpo desnudo de su amante, era un ser tan delicado, muchas veces tuvo miedo de romperlo, por ello su delicadeza con el mismo, aún después de un cuerpo diferente y preparado para recibirlo.

Ni muy lento ni muy rápido Caius se tomó la libertad de acariciar su cuerpo, lamerlo y morderlo, algo muy característico de el, siempre quiso dejar marcas de la noche anterior, marcas que dijeran que irremediablemente Kouichi le pertenecía, como el le pertenecía a el. Dejo un camino de chupones desde su cuello a sus muy formados glúteos, amaba el cuerpo de su pareja, era más de lo que merecía muchas veces. Aunque para muchos que japón Kouichi era solo uno más con características muy marcadas de Japón, dentro de este mundo era todo lo contrario, su piel clara y cabello azabache, sus ojos como el ámbar, literalmente era algo completamente exótico. Y el se sentía completamente especial por tenerlo.

Caius hizo de Kouichi un desastre, lo hizo venir dos veces tan solo con su lengua y manos, aunque tampoco es como si fueran pequeñas, después de un jugueteo precio por parte de ambos, empezó el verdadero deslicé.

- Inclinate, mantén tu culo arriba- Kouichi nunca había escuchado a Caius utilizar ese lenguaje. Le asustaba, pero verdaderamente le fascinaba.

Obedeció sin protestar, su cara estaba pegada al colchón,mientras su parte baja al aire. Estaba nervioso pero ansioso, no sabía que esperar de Caius en este momento. Sintió como Caius rozaba su entrada fríamente, ni siquiera dijo cuando entró, básicamente sintio una embestida bestial.

Los gemidos de sorpresa se escucharon en toda la habitación, Caius arremetió una y otras veces sin piedad alguna, como el azabache no estaba acostumbrado aún le resultaba cada vez más sensible. Cada vez más fascinante y sobre todo sorprendente. Nunca lo había sentido con tanta fuerza y  estaba presionando los puntos débiles de Kouichi. Algo que lo hizo venir por tercera vez sin mucho esfuerzo.

-Agotado?- El más pequeño siquiera pudo formular la palabra cuando fue cargado con fuerza y llevado asia una esquina de la habitación, dónde fue embestido contra la pared, Caius lo sostenía para que callese, aunque eso no significaba que era delicado con el, estaba seguro que los gemidos de Kouichi podían ser escuchados por los guardias y cualquier persona que pasará por allí.

Lo hizo venir de nuevo, a este punto la mente de Kouichi estaba completamente segada por el placer, no podía formular palabra alguna y su cuerpo se sentía muy pesado, cualquier mínimo roce lo estaba enloqueciendo. Inconcientemente empezó a arañar la espalda de Caius, aunque al último no le molestaba, estaba muy lejos de sentirlo cuando lo único que podía pensar era en hacer suyo a su pareja.

- No te dejaré ir nunca Kouichi, aunque la corte diga lo que diga, realmente no me importa lo suficiente- las embestidas no paraban, lo que le costaba formular alguna palabra o que su mente pudiese razonar o tomarle importancia a lo que decía su pareja- serás mi esposa y la madre de mis hijos.

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Todo siguió intensamente por unas horas más, de las cuales Caius eyaculo en Kouichi un sin fin de esperma, Realmente no había sido delicado con su pareja, su cuerpo estaba lleno de marcas, unas cuantas nalgadas y mordidas, había sido una noche agitada.

Kouichi estaba recostado bajo pecho, dormido plácidamente, el cual si bien no era obvio estaba completamente exhausto, quizás mañana sería un día de decisiones importantes y el también necesitaba descansar, estaba un poco asustado por como saldrían las cosas, pero estaba con Kouichi, y de igual forma tenían apoyo incondicional uno del otro, su mente se sentía menos pesada, todo gracias a su pareja, al final de cuentas Kouichi si había logrado su cometido.

"Aliviar la angustia de Caius"

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Es bastante corto, pero dentro de unos días sacaré el próximo capítulo, cada día está más serca del final y quería saber si estaban interesados en otro especial de la continuación del primero. En fin...

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A Través De Un Sueño ( La Novia Del Titan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora