Prohibido - Michaeng

14. Indecisión

Pov Mina:

Mi mundo y mi corazón se destrozaron, no pude parar de llorar, no tenía a nadie en Corea así que hice una videollamada con mis mejores amigas de toda la vida, Hirai Momo y Minatozaki Sana, no dije mucho pero ellas enseguida supieron que algo andaba mal, me hablaron hasta altas horas de la madrugada, iban a comprar pasajes, llegarían la próxima semana y estarían en contacto, no pude protestar porque cortaron y me sentí vacía otra vez.

No quería ver la intensidad de esos preciosos ojos otra vez, no quería ver ese rostro que hacía estragos conmigo, porque me desmoronaría otra vez. Ella no llegó temprano, escuché su adictiva risa, venía junto a Choi Yeonjun, los vi conversando animadamente, y en el segundo en el que ella se sentó yo me levanté, habían tocado la campana.

¿Tan fácil fue para ella superar todo? Claro, no esperaba verla llorando o algo así pero no demostraba ni una pizca de interés. Al parecer se tomó muy enserio lo de olvidar lo que había pasado.

La clase se volvió tortuosa, propuse un trabajo en duplas pero no contaba que Chaeyoung trabajara con Yeonjun.

Que sus miradas y sus sonrisas estuvieran dirigidas a él era una puñalada para mi corazón que cada vez se rompía un poco más. Los vi irse tomados de la mano y cuando todos se fueron las lágrimas cayeron otra vez.

Todas las clases estuvieron bien a excepción del miércoles, tomé mi coraza e intenté actuar de una forma fría pero no había ninguna reacción de su parte, vi un adorable puchero en su rostro pero nuevamente no estaba dirigido a mí.

Llorando en completa soledad el jueves en la tarde, tocaron la puerta del departamento y fui asfixiada por un abrazo doble, mis mejores amigas habían llegado y el llanto aumentó.

—Bien, ¿Qué hizo ese idiota y dónde está para cortarle el...

—¡Momo!

No había reído en un tiempo y no imaginé cuánto extrañaba hacerlo.

—¿Qué? Al menos hice reír a esta tonta. Mina, no quiero decir te lo dije, pero, te lo dije

Sana le pegó un manotazo suave a Momo quien rodó los ojos.

—No estoy... No estoy así por él, me pidió un tiempo pero ahora no me importa en lo más mínimo

—¿Entonces?

—Yo... Creo... Creo que me enamoré

Tapé mi rostro enseguida, admitirlo en voz alta era más duro de lo que pensaba.

—Bueno ¿y que hizo el estúpido? ¿No te corresponde? Porque si es así, tiene que estar loco para no apreciar a alguien como tú... Le quemaré la casa

—Le quemaremos la casa

Momo y yo reímos, escuchar a Sana decir algo con violencia era tan raro.

—Ustedes saben sobre la confusión que tuve en la adolescencia... Creo que Chan no me ayudó a aclarar mis sentimientos en realidad

—Minari, ¿Ese es el problema entonces?

—No, ojalá ese fuera el verdadero problema

—Qué, Ay Mina ¿Acaso es una anciana? ¿No será que te quieres quedar con su dinero antes de que muera?

—Momoring no seas tonta y deja que Minari hable

—¿No van a juzgarme?

—Jamás

—Depende... Jajaja no seas boba. Ya, suelta la sopa, ¿qué puede ser tan terrible?

No podía mirarlas, se sentía tan prohibido, tan malo, ella ni siquiera tenía la mayoría de edad.