Capítulo 4 "Cuida lo que dices"

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Al día siguiente, nos arreglamos para salir de casa y empezar con lo que pronto sería nuestra rutina por varios días. Preparamos nuestras maletas con prácticamente nada, ya que el proveedor nos daría lo que necesitáramos. Aun así, empacamos botellas con agua y comida necesaria. Damen agregó su navaja de la suerte y Max unas cuantas vendas.

Aunque ayer había logrado calmarme un poco, aún seguía ansiosa. Es difícil pensar que de verdad puedo morir en esta misión, y lo sé por qué nadie vuelve con vida del Bosque Gris. No quiero ser otra historia más donde alguien no sobrevivió. Deseo mucho poder volver en condiciones aptas, pero deseo más que Max y Damen vuelvan con vida. Seré su líder en esta misión y no soportaría sobrevivir y que ellos no. Prefiero morir antes que ellos, mil veces.

Salimos del apartamento, bajamos las escaleras contra incendios y comenzamos a adentrarnos a la ciudadela caminando bajo el sol, con máscaras y telas cubriéndonos el cuerpo. Era muy temprano en la mañana y aun así el calor y la radiación del sol eran insoportables.

Después de casi toda destrucción de toda la humanidad, se pensó que la tierra se reconstruiría por sí sola, equilibrando todo lo que hay en su interior, desde seres vivos, hasta el ambiente y los desastres naturales. Pero ya han pasado mil años y todo sigue empeorando. Tal vez antes de que todo mejoré, tendrán que pasar algunas catástrofes peores, podría decirse que es todo lo contrario a la frase celebra "calma después de la tormenta", aquí es más tormenta, tormenta y nada de calma a la vista.

Por las noches las temperaturas bajan demasiado y en el día éstas pueden superar los cincuenta grados. Aun así, los seres vivos hemos logrado adaptarnos a estos cambios drásticos, bueno, algunos de nosotros.

Los Nero son protegidos por su cúpula, tienen aire y agua purificada que obtienen del mismo océano, básicamente viven en una burbuja falsa, no creo que ni la comida sea real. Probablemente todos sean robots guiados por una máquina y con el objetivo de asesinar al resto de la humanidad.

***

Cada vez que nos alejamos mas de la entrada de la ciudadela, Max ponía mas cara de confusión. Al parecer pensaba que él proveedor era el Tío y que nos dirigiremos al Hueco.

Tenía pensado explicarle que iríamos a la periferia de la ciudadela para encontrarnos con alguien, pero sus expresiones eran demasiado chistosas que decidí esperar un poco más. Damen, por supuesto, ya sabía a dónde nos dirigíamos. Me ha acompañado miles de veces, además el proveedor y él son buenos amigos, gracias a que nos entrenaba de pequeños.

<<Damen lleva media hora intentando aprender una patada sencilla, pero cada vez que trata, cae al suelo sin pegarle al tronco del árbol grande y seco que tiene enfrente. Al principio, yo era su objetivo, pero después de treinta intentos, decidí sentarme y observar cómo Kiyoto corregía su patada una y otra vez.

En mi caso, ella se enorgulleció de mí, logré pegarle a Damen en mi tercer intento, casi noqueándolo. Dice que soy buena en el combate cuerpo a cuerpo, cuando puedo analizar a mi objetivo, igual que con el francotirador, donde con paciencia, puedo derribar a cualquiera.

En el caso de Damen, es muy diferente. Es muy explosivo y para nada calculador, y con los movimientos de artes marciales que nos está enseñando Kiyoto, dudo mucho que siempre tenga paciencia.

-¡Visualízalo!- gritó Kiyoto desde la cima del árbol.

-Lo único que visualizo, es que nunca aprenderé tus estúpidas artes marciales- soltó con frustración.

Retrocedió para intentarlo una vez más.

Falló, cayendo nuevamente al suelo.

-¡Ves! No entiendo qué pasa. Iris lo logró más rápido. No sirvo para esto.

Sin RastroWhere stories live. Discover now