Capítulo 26 "La cura"

21 4 32
                                    

FINAL

Docenas de Neros entraron en la habitación liberándonos e inmovilizando a cada uno de los hombres del Tío. Sus trajes eran iguales a los del grupo que encontramos una semana atrás; el grupo donde estaba Orión. La única diferencia es que antes solo era un grupo pequeño, pero ahora es toda una armada.

Por la puerta principal apareció un hombre alto, delgado, con cabello blanco y facciones arrugadas. Sus ojos parecían el mismísimo océano y las pecas en su cara eran muy notorias. Llevaba una vestimenta de lo más aburrida y lisa. Un solo color de pies a cabeza y se notaba a simple vista lo ajustada e incómoda que era.

El hombre destilaba autoridad y poder, pero al mismo tiempo se podía ver en sus ojos lo agotado que estaba. Caminaba con dificultad, su tanque de oxígeno colgaba del hombro y se notaba como le pesaban los años.

Detrás de él apareció un hombre mucho más joven, vestido totalmente de negro y con una mascarilla que cubre boca y nariz. De inmediato recordé a este hombre, es el mismo que desapareció en la arena y vi a la distancia en las Dunas. El que con solo ver me paraliza por completo y me sumía en un trance extraño.

Su piel es igual de blanca que la del señor que entró antes de él y sus ojos son un poco más claros, casi grises.

Sin importar cuantas veces me tope con él, aún continúo pensando en que lo conozco de algún lado. Mi primera impresión suya fue eso, la familiaridad con la que caminaba, con la que me miraba. Como su corporalidad se me hacía ya conocida y esa pequeña sonrisa que se logra asomar detrás de esa mascarilla me parece tan natural.

El sujeto se posicionó justo detrás del hombre elegante que se acercó meticulosamente hacia el Tío.

-Debemos dejar de encontrarnos en estas circunstancias, ¿no crees? - habló el hombre.

-Si, siempre interrumpes los mejores momentos, presidente Ambrose- contentó el Tío.

¿Presidente Ambrose? ¿Acaso él es el presidente de los Nero? ¿Pero qué hace aquí?

Si el grupo pequeño con el que nos topamos iba por la cura, este grupo definitivamente busca a Orión y nosotros se lo trajimos en bandeja de plata. Y bueno, su padre debe ser uno de los científicos más importante de la cúpula, ya que el mismísimo presidente vino por él.

El presidente hizo una seña con las manos y envió a dos de sus guardias por Orión, separándolo de nosotros. Intenté detenerlos, pero otro par de guardias me tomaron de los hombros y me retuvieron. Luché para liberarme, pero fue en vano; eran más fuertes que yo.

- ¿Qué lo trae por aquí, presidente? - preguntó el Tío ajeno a la situación. 

-Solo vine por lo que es mío.

El Tío me lanzó una mirada rápida y respiró hondo. De un momento a otro, su característica armadura comenzó a formarse. Ensanchó los hombros, levantó la barbilla y colocó sus manos en su espalda. Ya no se permitirá verse asustado, nervioso e indefenso frente al presidente.

-No hay ningún problema. Puedes llevarte a Max y a tu nieto.

¿Orión es el nieto del presidente? Vaya, eso explica muchas cosas y el por qué su vida importa tanto para los Nero.

Volteé hacía Orión indignada y curiosa. Él supo leer mis expresiones así que verbalizó, "puedo explicarlo". Y eso esperaba, necesitaba respuestas de lo que acababa de pasar. No es que estuviese enojada, todo lo contrario, estoy sorprendida de lo pequeño que es el mundo. También entiendo que no me haya contado ese pequeño gran detalle; si para él fue difícil mencionar a su padre, no puedo imaginar lo que es hablar de su abuelo, la mayor figura de autoridad en su comunidad.

Sin RastroWhere stories live. Discover now