Daños colaterales

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       LEO en la oficina

- Buenos días, Leo ¿tú no tenías que estar de viaje? - preguntó Peter.

- ¿Qué sabes tú de mis vacaciones?

- Ayudé a Brenna a despejar tu agenda y después de mucho cambiar aquí y allí te saqué los diez días que ella quería.

- Me podías haber avisado.

- Ya hombre, y ¿la sorpresa?

- La sorpresa se la llevó ella.

- ¿¿ ??

- Me pilló en casa con otra.

- ¿Es broma?

- No.

- ¿Cómo has podido? ¿Tú sabes lo que trabajó para darte esta sorpresa? ¿Quién es ella?

- Mercedes

- ¿Nuestra Merce? ¡Tú estás loco! ¿Con esa "buena para nada"?

- No te pases, no la insultes, esa como tú la llamas me ha ayudado en mi soledad y está siempre pendiente de mí. No puedo decir lo mismo de mi mujer.

- Dios, no te la mereces, nunca conocí a nadie como "tu" mujer... ¡¡y en vuestra cama!!

Empieza a sonar el teléfono de Peter y acaban de hablar.

      BRENNA

- Hola, Peter.

- ¡¡¡Brenna!!!

- ¿Estás solo ahora?

- Sí, lo siento, me lo acaba de contar Leo.

- Bueno sí - no podía parar de llorar,el dolor seguía ahogándome - sólo te llamaba para despedirme y darte las gracias por todo.

- ¿Adónde te vas?

- De momento no te lo voy a decir, cuando me encuentre más serena te llamo. Cuídate.

- Y tú. Chao, Brenna. Sé feliz.

     PETER

- No me lo acabo de creer, engañar a una mujer como Brenna con una mala Pécora. Llamare a Tara, seguro que sabe algo.

Leo estaba en su oficina. Llevaba allí toda la mañana pensando: "tenía que haberla llevado a un hotel, pero es que después de dos meses de relación nunca la había sacado de la oficina y se había cansado de tener sexo en el sofá de la sala de juntas. Además ella era tan dulce y joder está buenísima. Brenna había engordado algo últimamente, le gusta comer y es feliz comiendo, aunque estos últimos meses estaba algo rellenita. Bueno, cuando hable con ella lo aclararemos todo".

    BRENNA

Tendré que llamar a mis suegros, ellos son como mis padres. Siempre me han dado mucho cariño, pero no sé qué decirle a Sara. Ella me quiere muchísimo. Siempre me dice que soy la hija que deseaba tener.

- ¿Sara?

- Hola, bebita, estaba pensando en ti. ¿Qué tal esa celebración? ¿Voy a tener un nietecito? Bree, ¿estás llorando? ¿qué pasa mi amor?

- Bueno, no sé qué decirte. Me han ofrecido trabajo fuera y me apetece mucho seguir formándome en mi especialidad.

- Y Leo ¿qué opina? ¿por eso lloras? ¿le ha parecido mal?

- No es eso - dijo hipando - No sé cómo decírtelo... Leo y yo vamos a separarnos.

- No bebita ¿Qué pasa? Dime la verdad y deja de llorar, que sea lo que sea se puede arreglar.

Después de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora