Desgracia

103 11 10
                                    

Mundo humano.

Narra Camus.

Un año después.

No podía estar tranquilo después de lo escuche aquel día, sin embargo mi padre había aumentado la seguridad de aquel lugar por lo cual no me había podido volver a acercar pero mi hermanita tenía un método para acceder al sótano sin ser vistos y por un pequeño pago que le di me dejó saber su secreto.

Pues resulta que en la casa había un míni elevador que estaba escondido entre las paredes y que podía conducir hasta el ático y sótano la verdad me sorprendí bastante por lo cual y sin pensarlo más baje a aquel lugar y está vez no estaba dispuesto a recibir un silencio por respuesta, estaba preparado, antes de bajarme del mini elevador revise mi entorno y cuando me asegure de estar solo baje de ahí y me acerqué a dónde estaba la jaula. Una vez más lo vi sentado abrazando sus piernas.

Camus: hey... - dije llamando su atención. Su mirada se veía triste esta demás decir - hola, ¿cuantos tiempo? Un año exacto, ¿me recuerdas verdad? - pregunté sonriendo a lo que el asintió - ¿Estás bien ahí dentro? - pregunté a lo que él bajo la mirada - ¿no verdad?, ¿que clase de pregunta es esa? - dije nervioso, él por su parte solo suspiro para después dirigir su vista al techo - ¿Estás preocupado? - pregunté a lo que el volvió a bajar la mirada y me vio - no te preocupes sea lo que sea que pase estará bien, oye... mi padre me mencionó algo hace poco. Algo que tenía que ver con mi madre, dijo que tú podías traerlo aquí con nosotros de nuevo y que por eso estabas aquí, ¿eso es cierto? - pregunté a lo que el me vio mal y hasta cierto punto aburrido extendió sus alas de forma majestuosa y voló hasta arriba de la jaula donde se sentó y me vio - nunca me haz dicho tú nombre - le dije serio él solo se dio la vuelta - esta bien pero no me rendiré - le dije mientras él volteo serio. Yo por mi parte me fui por donde llegué.

Milo: jamás creí que diría esto pero... extraño al demonio. Por cierto, ¿que estará haciendo ahora? - preguntó mientras veía hacia una pequeña abertura donde entraba un poco la luz.

Mundo de los ángeles.

En las puertas del cielo y el infierno.

Xx: ey tú... ¿Donde esta mi pequeño amigo? - preguntó desde el otro lado de la puerta más el ángel no dio respuesta, entonces el demonio comenzó a molestar - ¿por qué toy solito?... no hay nadie aquí a mi lado... - él ángel se agarro del cabello con desesperación para después ir a golpear su cabeza contra la puerta mientras decía.

Shun: ¡ya cállate ya me irritas, ¿como le hizo Milo para aguantarte por tanto tiempo?! - grito desesperado.

Por otro lado.

Sendai daba vueltas de un lado a otro, los demás ángeles guardianes la veían de brazos cruzados esperando la señal para irse.

Sendai: no comprendo ¿como es que desapareció?, si no tenía más de cinco minutos de que fui a verlo y estaba en su misma posición - dijo ella mientras veía a los otros.

Xx: no lo se, y esperábamos que nos dieras una respuesta, nosotros ya fuimos a buscarlo por todo el paraíso pero no está por ningún lado - dijo serio el mayor de todos.

Sendai: eso es lo que me preocupa Saga, los ángeles de la muerte estuvieron muy activos hace poco tiempo, solo había presenciado algo así una vez. Pero eso fue...

Saga: ¿una invocación?. ¿Pero por qué motivo? - preguntó.

Xx: parece que los humanos no entienden - dijo el otro mientras veía a su hermano mayor.

Sendai: ¿de que hablas Kanon?.

Kanon: no es obvio, gracias a sus estupideces una puerta quedó desprotegida, algunos demonios escaparon y no dudo que más salgan de ahí, Milo era el único con la capacidad de retenerlos a todos ellos adentró. No tardaran en ir al mundo humano a hacer destrozos - afirmó sonriendo.

Sendai: tienes razón - susurro preocupada.

Xx: ¿y entonces que hacemos? - pregunto el otro.

Sendai: buscar lo, Milo tiene que volver a tomar su puesto. Vuelvan a sus lugares veré que puedo hacer - pidió ella mientras los otros asintieron y se fueron de ahí. Y así Sendai comenzó a buscar algún indicio del paradero de Milo en el mundo humano.

De vuelta en el mundo humano.

Narra Milo.

Y así paso mi vida, realmente no supe cuanto tiempo estuve ahí dentro pero... realmente estaba preocupado por no saber que rayos estarían haciendo esas cosas aprovechando mi ausencia, todos los días era lo mismo, venían y me exigían cosas que estaban fuera de mi alcance poder darle a ellos. Y al no recibir respuesta de mi todos los días arrancaban veinte plumas de mis alas, sabía que estaba condenado. Nunca iba a poder volver a casa y lo que me ponía más triste era saber que jamás podría volver a ver a mis padres. Pero tampoco quería defraudar su confianza ni la de mis hermanos, tenía que volver a encerrar a todos esos malvados demonios que estaba seguro estaban en el mundo causando desastres. Suspiré.

Hasta este punto no me había dado cuenta cuanto había crecido e incluso ese chico, Camus. Quien bajaba todos los días para hablar conmigo me pidió que solo accediera a hacer lo que su padre me pedía y que estaría bien, aun no sabia como decirle que no podía y aunque pudiera no lo haría esa decisión solo le corresponde a Dios, no a mi. Y por su bien esperaba que me dejaran salir antes de que alguien viniera a cortarles la cabeza a todos por este gran error que estaban cometiendo. Que aunque supiera que no era culpa de ellos si lo era de su padre.

Camus: Oye mira te traje esto - dijo mientras dejaba suavemente una orquídea para el cabello dorada, la cuál tenía una estrella azul, era muy bonita debía admitir - quería regalartela como ofrenda de paz. Y también para pedirte que me desearas suerte, hoy vendrán unas mujeres que sin duda alguna cambiaran la vida de algunas personas aquí - dijo sonriendo de forma triste ¿que le pasa? - ya tengo diecinueve años, papá dice que debo casarme ahora que puedo - dijo triste - me hubiera encantado poder darte un paseo por él pueblo. Pero aún no haz dicho nada, espero puedas pronto. Me encantaría poder sacarte de aquí - fue lo que dijo.

Se puso de pie y se fue de ahí, pude ver que tenía un traje en color negro que le quedaba muy bien. Vi la orquídea que me obsequio por breves momentos tenía una idea sin embargó si lo hacía podría meterlo en problemas a él. Por lo cual desistí.

Continuará...

La jaula de un ángel (Camus X Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora