Un nuevo Tsuchikage

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Iwagakure



— ¡¿Shiomi?! ¡Soy Chise!

Sintió pasos y la puerta se abrió

Chise se sorprendió al verla, Shiomi tenía el cuello marcado completamente rojo. También le sorprendió ver adornos rotos y cosas tiradas en el piso.

— No te quedes ahí parada como estúpida, entra

Shiomi dejó la puerta abierta y Chise entró cerrándola tras ella.

— ¿Qué te pasó?

— Nada que te importe —giró para verla— ¿Cuánto tiempo tienes?

— Cinco meses... Shuuji no ha querido que salga por lo del virus, desde que eso sucedió es la primera vez que salgo de nuestra casa —se sentó— ¿y tú cómo estás?

— Bien —respondió mirándose al espejo para empezar a maquillarse

— Sabías de los rumores que hay en Konoha

— ¿Qué rumores? —la miró a través de espejo

— Pues Shuuji estuvo hace unos días en Konoha y se enteró que finalmente Yodo está embarazada —Shiomi sintió hundirse en su asiento— se lo contó Boruto aunque dice que aún no lo dicen abiertamente porque quieren esperar

— ¿Y cómo lo supo Boruto?

— Se lo contó Inojin, tu sabes que Inojin y Shikadai son muy amigos así que yo creo que es verdad —Shiomi negaba— imagino en unas semanas lo dirá oficialmente su Clan

— ¿Él vino?

— ¿Quién?

— Shikadai, Chise no seas estúpida —se levantó caminando a la ventana

— No lo he visto, pero si vi a los hermanos de Yodo y a Sarada

— No es cierto... ella no podía...

— ¿Shiomi te sucede algo?

— Vete —susurró con lágrimas en los ojos— ¡Vete de aquí! —gritó— ¡¿Porqué estás aquí?!

— Vine a verte porque me sorprendió no encontrarte abajo recibiendo a los invitados

— No me importan... ¡vete! ¡¿Porqué sigues aquí, que no entiendes que no quiero verte?!

Chise se levantó y caminó para salir de la habitación.

Cuándo salió escuchó cosas golpear la puerta.

Shiomi se volvió loca, lo poco que quedaba en pie lo cogía y lo tiraba contra la puerta o donde cayera

— No es cierto —negaba llorando desconsoladamente— tu no puedes... no podías... ¿porqué?

Caminó hasta el espejo roto donde se reflejaba en varias partes, tomó un pedazo y lo llevó a su dedo cortándolo

Le dolió, le dolió tanto que soltó el pedazo de espejo tirándolo en el piso.

Volvió a mirarse al espejo viéndose perdida.

No era la vida que quería, no era lo que ella esperaba y menos con él.

Para muchos su amor por Shikadai era un capricho y reconoce que así inició pero luego ese capricho se transformó en ese deseo inalcanzable que quería conseguir.

Su chico ideal y de quien de verdad se enamoró ahora si sería inalcanzable, no la dejaría embarazada, no la dejaría para irse con ella.

Escuchó que tocaron a la puerta y la miró por última vez.

Mi Celoso Vago Where stories live. Discover now