35 capitulo

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-Monstruo.

-Monstruo.

-¿Realmente crees que podrás protegerlos?


-Hey idiota. lo golpeo en la cabeza, haciéndolo despertar de su transe.

Tomando en cuenta ello, aparto su mirada perdida de su madre, el rubio con el pecho descubierto, solamente vendado cerca de su estomago.

-Llego esto a la puerta principal. dijo, arrojando lo que parecía una carta a un lado de el, solamente para sentarse a un lado suyo, mientras el contrario lo tomaba. -¿Y? ¿que dice?.

-N-no...no lo se. cada vez, poco a poco, mientras s mirada recorría la carta, su rostro poco a poco se arrugaba, mostrando claro enojo. Tiro la carta de lado, levantándose de la silla -Maldito cabron de mierda. tiraba de lado, comenzando a jalar desesperadamente sus cabellos negros, mientras sus ojos dejaban ver un rojo intenso de odio.

-¿Que sucede menma?.

-¿Que sucede? ¿enserio? ¿tu que mierda crees que sucede? El desgraciado del uchiha, eso es lo que sucede. Resulta que mientras estabamos inconscientes mi madre hizo un trato con el maldito del uchiha, tendré que pelear contra su hija, y si no, mi madre tendrá que casarse con el. AH~ esta no la voy a perdonar.

Sin tomarle atencion al moreno, paso de lado del, tomo su abrigo, decidido a saltar por la ventana.

-Voy a acabar con el legado uchiha de una vez por todas.

-¿No crees que a Naruto le va a molestar? deberías pensar en el...- el moreno se detuvo al estar frente a la ventana -Y dejar de ser tan egoísta. pero aquel comentario poco le importo. Lo miro a los ojos, con una sonrisa en sus labios antes de lanzar una foto al suelo.

-Dale esto y despues preguntale si no esta enojado conmigo. lo dejo de lado, dándole su última ególatra antes de desaparecer sobre los destellos del sol, dejándolo solo en la habitación.

confundido, se agacho para tomar aquella foto, sorprendiendose. Abrió los ojos lo mas que pudo, perdiendo el equilibrio ante la sorpresa, cayendo sobre su propio peso, mirando con incredulidades.

-El e-es...

-El e-es

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Gritos lo escuchaban llamar, todo menos euforia era lo que sentía, orgullo o egolatría. Tenia un objetivo, derrotar a quien se le metiera en su camino.

Como un puto dios, un rayo resto del cielo, un trueno lo acompaño, demostrando la fuerza del impacto. 

Sus ojos violentos de un rojizo intenso de asomaban de sus azabaches cabellos, mostrando sus intenciones, por lo menos dejar vivo al oponente.

habían tocado, humillado y abusado de la persona que mas amaba, no estaba de muy buen humor. Tomo su ideología y racionalidad, antes de mandarla al diablo, pues aunque no se notara, su cuerpo temblaba de ira, sus ojos rubís de sangre hacia temblar a quienes lo vieran, su sol rebelde entre su pupila le daba del perfecto apodo de demonio.

-Te daré una oportunidad...antes de acabar con esta mierda...¿que planeas conseguir con esto?...Sarada Uchiha.

pero la miro a los ojos, conectando con la misma mirada de la chica, ojos rubís igual que la sangre, a diferencia que solo contaba con un Tomoe. Aun así, su mirada era fría e igual de afilada que la suya, calculadora y atemorizante, causando estribos a quien la mirara.

-¿Que no es obvio? Tu madre es perfecta, seria injusto que no la compartieras. Cuando te derrote, ella sera mia, tu seras mio y seremos la familia perfecta. Solo tu, yo, Naruto y mi padre, además...si te derroto seré la cabeza de la familia, por lo que...tendré el total derecho de casarnos...¿no te suena enfermizo, hermano mayor? compartir la misma cama un dia.

-Dudo que me derrotes chiquilla...yo nunca me dejare derrotar por la mugrosa sangre Uchiha.

-Irónico de tu parte ¿no lo crees?...heredaste su mirada, eso es obvio. Perdiste en cuanto decidiste entrar al terreno y decidir pelear conmigo. Al Igual que el, pelear con su propia familia.

Chasqueo la lengua. Tenia razón, repetía la jodida historia de su padre. Aun asi, no tenia la ideología, la esperanza o la cobardía de su madre, ahora no podia arriesgarse a rendirse y comprobar hasta donde podrían llegar los enfermizos pensamientos de los uchihas.

Tomo fuerzas, tragándose las ganas de gritar que no era así, que mentía, el nunca seria un monstruo como lo eran ellos, enfermizas personas.

Aun así, en ella comenzaba desde su mano derecha, extenderse los sonidos de miles de pájaros, rayos azules, extenderse por su brazo, iluminando algo oscuro del contrario.

-La historia se repite...una y otra vez. -pensó - Como nuestros padres, dispuestos a pelear con las mismas armas con las que ellos pelearon...me niego rotundamente a ser como ellos.

El no era como su madre, ni tampoco como su padre, no, el era diferente. Con ello en mente, extendió su palma abierta hacia la chica, ella simplemente sonrió y comenzó a caminar, caminar para después correr hacia el moreno, quien solo vio a la chica, mientras en su rostro se formaba una macabra sonrisa, una como la de su padre, en tiempos oscuros.

-No se si me escuchas.- penso, mientras que de su palma abierta pequeños rayos de electricidad negra comenzaban a asomarse -Pero yo no soy como ellos...yo no me ando con rodeos...

-¡ESTO SE ACABA AQUI Y AHORA!

Gritaron ambos al unísono. Mientras que el ataque de la azabache se acercaba con gran velocidad, el contrario cerro los ojos, llenándose de confianza, susurro palabras incoincidibles para el ser humano.

Pues nadie se esperaba que de la palma del chico llamas, oscuras brotaran a gran velocidad, quemando el suelo por donde corría. La uchiha solo pudo ver con horror como las llamas se acercaban a ella con gran velocidad, antes de ser consumidas por estas mismas. Solo dejando la extensión del fuego con gasolina quemar gran parte del coliseo.

Su mirada ególatra y narcisista, orgulloso, engreído y arrogante, igual que su padre, al igual que un demonio. Tras las llamas, se dio la vuelta, dejando a todos expectantes ante la situación, comparecientes ante la pobre chica, pero este no les presto atención, solo una persona, la única persona a la que le dirigió su mirada de desprecio, el propio causante de sus desgracias. Cruzo su pulgar por su cuello, sin apartar su mirada, en signo de amenaza, una que el solo pudo haber comprendido.

TU SERAS EL SIGUIENTE

Tomo sus credos y antes de dirigirle una mirada al oscuro fuego negro profundizando sus ojos en ellas, en una distracción habia desaparecido, al igual que como habia llegado, dejando al fuego consumirse sin oportunos.

Fue Nuestra CulpaWhere stories live. Discover now