Arreglar el pasado

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- Escucha Severus, sé que siempre fui pésima contigo y con Lily, y que no merezco nada más que odio de tu parte, pero él es solo un niño inocente al cual no sé cómo cuidar, ¿qué haré yo sola con un niño mágico? Por favor, ayúdame con esto- dijo la mujer.
- ¿Quen hablas?- preguntó su hijo viéndola extrañado, para después voltear a todos lados para confirmar que estaban solos.
- Con nadie Dudders, ¿dónde está tu primo?- le preguntó con una sonrisa.
- Domiyo- respondió simplemente y luego se fue.
- Qué raro- mencionó la mujer, pues su sobrino aún a su corta edad acostumbraba despertarse temprano, le restó importancia y siguió arreglando todo para su importante visita, quien no tardaría mucho en llegar, si seguía siendo tan puntual como recuerda.
Efectivamente, 20 minutos después y 5 antes de la hora en que lo citó tocaron la puerta, fue a abrirla encontrándose con Severus.
-Snape- saludó la mujer.
-Evans- contestó el alto hombre.
-Pasa, pasa por favor Severus- dijo, sorprendiendo al hombre pues nunca creyó que realmente escucharía su nombre salir de los labios de aquella mujer, siendo que desde niños sólo le había llamado por apodos ofensivos.
-Gracias- respondió cortésmente a pesar de la sorpresa.
Tras servir el té, lo tomaron mirándose en silencio, uno esperando a que la fémina hablara, y esta buscando cómo comenzar a explicarse.
-Severus, sé...- se vio interrumpida cuando su hijo entró preguntando por un juguete que no encontraba.
-Disculpa- se levantó para acompañar a su hijo a buscarlo.
Severus quedó solo en el comedor de la casa, el cual estaba pegado a la sala de estar y la podía ver desde su lugar, nada anormal, un par de fotos de la familia, con Petunia, el niño que acababa de entrar y otro, supuso que era el hijo de Lily.
-Hola- lo sorprendió una pequeña voz.
-Hola- respondió, volteando a ver a quien le había saludado para toparse con la mayor de las sorpresas, aquellos ojos que eran idénticos a los de quien fue su mejor amiga y prácticamente hermana.
-¿Conoces a mi tía?- a Severus le sorprendió lo bien que hablaba el niño a pesar de su edad, que si él no se equivocaba, era de 3 años.
-Si, soy un viejo conocido -
-Ah- y su siguiente acción dejó petrificado a Severus, el niño había mirado hacia arriba del refrigerador y enseguida una caja de cereal había llegado a sus manos, luego volteó a verlo- ¿cereal?- preguntó.
-No gracias, dime Harry, ¿desde cuándo haces eso?- cuestionó curioso.
-No sé-
-¿Cuántos años dices que tienes, niño?-
-Tes-
-Claro, ¿quieres leche?- preguntó viendo como el niño se servía los cereales en un plato.
-Pot favo- asintió con tal elegancia que Severus sé preguntó qué tenía ese niño, pero con un movimiento de varita atrajo la leche hacia ellos, Los ojos verdes de Harry brillaron.
-¿Tú también magia?- el ojinegro se abstuvo de corregirle pues había hecho más de lo que se esperaba de un niño a tal edad.
Cinco minutos después Petunia entró alterada buscando al chico, y cuando lo mandó a jugar con su primo Dudley, Severus empezó a hablar.
-Sé porqué me has contactado Petunia-
-¿Lo sabes?-
-Tienes un niño mágico demasiado poderoso para su edad y ni una sola idea sobre la magia-
-¿Así que no es normal que haga magia ahora?-
-Los niños mágicos tienen muestras de magia accidental, generalmente dentro de sus primeros 5 años de vida, pero un niño de 3 años con tal control de su magia es bastante raro-
Y así, tras hablar largo y tendido sobre el pequeño Harry y que las disculpas de Petunia fueran aceptadas, decidieron los siguientes pasos.

Miradas ~Severitus~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora