Cuando se trata de amor, se trata de ti.

¿De donde habría salido el gato?

Pensé que iríamos a algún parque o cosas por el estilo, aunque fuera arriesgado que alguien nos viera fuera de clase.

Pero no, tardamos un rato en llegar, pero a lo lejos divisé su edificio, no estaba en el mejor barrio de la ciudad, pero a esas horas no tenía porque tener miedo.

Abrió la puerta exterior con una de las múltiples llaves que llevaba en su bolsillo.

Entramos lentamente y no vi ningún ascensor.

—Hay que ir a pie.

—¿Tus padres no están en casa?

—¿si estuvieran crees que entraríamos?

—Cierto.

Llegamos al tercer piso, y cuando ya estaba súper cansada me avisó de que habíamos llegado.

Abrió la puerta con más demora que la vez anterior y cuando llegamos a dentro me avisó de que iba al baño, que esperara en su cuarto; última puerta a la derecha.

Seguí las instrucciones que me había dado y llegué a una puerta con un letrero colgado que ponía "no a las chicas", fruncí el ceño; era extraño.

Podría haber esperado junto a la puerta de modo infantil, pero preferí pasar al interior.

Me la imaginé bastante sucia , con platos por ahí tirados y la toda ropa revuelta.

Pero me sorprendió que estaba súper ordenada y con posters, como había imaginado.

No entiendo porque ESO me parecía mono, o sea, era una habitación.

Pero está recogida.

Gracias conciencia.

Dios aquello era súper raro para mí, ya había estado en su casa más veces, para hacer trabajos.

Pero nunca como su pareja.

Me sentía orgullosa y en ese momento entró el a la habitación.

SE HABÍA ECHADO COLONIA, ESA QUE TANTO ME GUSTABA.

Que mono.

Deja de decir eso.

—Hola—se notaba en su voz que estaba tan cortado como yo, puesto que era demasiado aguda.

—Hola— le contesté carraspeando.

—Tenía ganas de estar contigo...

—Y yo.

—Ayer no me llamaste.

—Lo sé, pero ya te había avisado.

Noté que iba a abrir la boca para contestar, pero me quedé mirando fijamente a la entrada, había un gato.

No me daban miedo ni nada, pero es que aquel gato me miraba fatal, no lo digo de broma.

Leo al ver lo que pasaba giró la cabeza y vio a su gato, él sabía a lo que iba a hacer el gato.

Se iba a abalanzar sobre mí, al ser desconocida para él.

Mi novio en seguida se dio cuenta y se acercó lentamente hacia el gato, despacio, para no asustarlo.

El animal, se notaba molesto y se lanzó a la cara de mi chico dejándole algún que otro rasguño.

Rápidamente él lo cogió en brazos y lo llevó hacia un transportín la cocina.

Cuando regresó, me fije en su rostro, lo tenía un poco magullado a causa de los arañazos del animal; por suerte todos ellos superficiales, menos uno.

Su pómulo debió haber sido el primer objetivo del animal.

Lo había dejado con una herida considerable que tardaría días en curar.

El me miraba con una sonrisa torcida;
me fijé en los pliegues que se formaban en sus ojos y en el hematoma rojo que tenía bajo uno de estos. Era muy guapo, aún con esas heridas.

Me acerqué a él lentamente y le toqué la tez, cerca del pómulo, sin llegar a tocar el rasguño.

Le miré a los ojos pidiendo consentimiento para tocarle la herida, este asintió y cuando lo hice soltó un pequeño quejido con voz ronca.

Le pregunté si tenía botiquín y sin hablar mucho más, me guío hasta su baño.

Era grande, con una ducha perfecta para... muchas cosas variadas.

Bajo con sus largos brazos una pequeña cajita con lo imprescindible para estos casos.

Se dejó hacer mientras yo sacaba lo necesario para curar el daño.

Cuando limpié la zona afectada y eché el producto indicado, le puse unas tiras de aproximación.

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Un saludo,
OTHERGIRL520