Una chica simple pero a la vez complicada.
Sensible, pero a la vez dura como una roca.
Esta es la historia de Hannah Realler, llena de enredos y rarezas como en la vida de cualquier adolescente del siglo 21.
Adéntrate en esta historia y conoce más s...
Fue una muy buena noche para mí, pero aún no sé si para él también lo fue.
Me tiro en la cama sintiéndome insegura de mi misma, mientras de mis antebrazos escurre la sangre. En mi mente no dejaba de sonar esa voz que repetía un y otra vez que ya había aburrido a ese chico, y luego de 10 minutos, aproximadamente, pongo mis pies en el suelo y mi mente en la vida real, guardo mis hojas de cuchillas que compré ese mismo día junto con comida empaquetada y energizantes.
Mientras comía noté que la sangre de mi antebrazo ya se había secado. Así que no tuve más opción que detenerme e irme al baño para enjuagarme un poco la muñeca con agua tibia para que la sangre cayera de forma más fácil y no tuviera necesidad de hacerme presión o algo similar.
Luego de eso volví a mi cuarto y me desinfecte las heridas delicadamente con un pomito de los que uso para quitarme el maquillaje y alcohol que mantenía en mi mesita de noche. Después de esto me fijé en la hora y ya eran las 12 en punto de la madrugada y como aún no sentía sueño me puse a leer algunos libros digitales perdiendo la noción del tiempo.