Capitulo 5: Al final, siempre juntos.

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Pollux miró el pergamino en sus manos con curiosidad.

La mirada crítica de Walburga puesta sobre él, así como también la mirada de los demás.

Sus ojos de un azul profundo conectaron con los de Alphard, que parecía ansioso.

Sus mejillas se elevaron mientras presionaba la comisura de los labios hacía abajo para intentar ocultar la sonrisa divertida que se le quería dibujar en la cara.

-¿Todavía estamos a prueba, mhm? -se burló.

Hace unas horas había llegado un duende de Gringotts para hacer un ritual que vería su ascendencia verdadera con el único fin de descubrir si eran o no hijos de Alphard. Él hombre había tratado de explicarlo lo más suave posible, como si temiera que ellos resultaran dolidos por aquella desconfianza. Él parecía realmente preocupado y aquello divirtió a Pollux, sobre todo porque ni él ni Hermione estaban realmente preocupados por ese ritual de sangre.

Estaba claro que eran sus hijos con tan solo mirarlos.

Él hombre apenas sonrió. -Es necesario, uhm, muchacho.

-Llámame Pollux, -él pidió. -no me gusta que me traten de "muchacho."

Le traía malos recuerdos, le hacía pensar en el bastardo de Dumbledore y lo odiaba.

Él hombre asintió, tratando de fingir que no estaba tan preocupado como parecía.

"Él realmente esta preocupado.", dijo Pollux a Hermione. "Posiblemente cree que hirió nuestros sentimientos."

"No debería estarlo.", ella rodó los ojos. "Pero se lo aclarare en todo caso."

"No lo hagas llorar, gatita." , Pollux advirtió, bromeando.

Hermione contuvo su sonrisa y pensó que podría divertirse un poco con él hombre ansioso. Puede que pocos lo supieran, pero Hermione tenía una vena traviesa en ella también. Harry lo había descubierto, luego fueron Ginny y Ron, y Fred Weasley más tarde también por pura casualidad. George apenas podía creerlo cuando su gemelo se lo contó y finalmente fue Pollux (cuando todavía era Sirius) quien se dio cuenta. El resto fue historia y ella seguía teniendo esa reputación de chica perfecta y amante de las reglas.

-Niños, no quiero que sientan que... -Alphard comenzó.

-Señor Black, -Hermione interrumpió al hombre. -Es completamente normal que desconfíe de la legitimidad de nuestra sangre.

Pollux observó todo en un silencio divertido. Alphard, en cambio, la miró como si ella hubiese matado a su perro y Orión Black se río por lo bajo ante la expresión de su cuñado (y primo segundo también), siendo pellizcado sutilmente por Walburga para que se comportara.

Hermione, después unos segundos, agregó: -Sería realmente extraño si no lo hiciera.

-¿Señor Black...? ¿Yo?-Alphard murmuró.

-¿Señor Black? -Pollux repitió, alzando ambas cejas con una sonrisa brillante en los labios. Él claramente estaba divertido por la situación.

-No llamaré padre a un hombre desconocido hasta que se demuestre que lo es. -Hermione espetó fríamente. Pero su gemelo sabía que ella solo estaba divirtiéndose a costa del pobre hombre.

-Fría. -dijo Pollux. -Me gusta.

Hermione le sonrió. Y luego miró a las personas en la habitación con ojo crítico, deteniéndose en el hombre junto a Alphard. Orión Black. Él hombre era idéntico a su retrato y sus ojos tenían ese brillo juguetón que en la pintura no se veía, sin embargo, el aura a su alrededor seguía siendo la misma. Orión parecía confiable, divertido y también un poco travieso como Sirius, por lo que Hermione asumió que su hermano pudo haber sacado un poco de la personalidad del hombre también.

Ad Finitum: Reborn (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora