Prólogo

2.1K 77 1
                                    

Apreté fuerte mis manos mientras de mis ojos salían lágrimas, rogando que el ascensor que me llevaría a mi pesadilla se detuviera.

Mi vista cayó en mis tacones y más lágrimas solté al recordar la mirada que el recepcionista del motel donde estábamos me dió, fue una humillación pasar vestida de está manera frente a todas esas personas que imaginaban de donde venía, pero no sabían que no quería estar aquí. Estaban obligandome a hacer esto.

Las puertas del ascensor se abrieron y un sollozo salió de mis labios cuando ví al final del largo pasillo, aquella puerta que nunca olvidaría.

-Muévete—Soltó de mala manera el hombre encargado de que llegará hasta la habitación sin escaparme. Lo había intentado varias veces pero siempre terminaban atrapandome y golpeándome peor. Habían pasado mas de tres meses desde que estaba en este calvario y me arrepentía todos los días por no haberme escondido bien esa noche.

El hombre empezó a caminar por el pasillo y me obligó a que yo lo haga agarrándome fuertemente del antebrazo. Rogué porque se hiciera eterno, no quería, enserio no quería pero no iba a importarle mi sufrimiento.

Empecé a llorar sin retenerme, faltaban pocos días para cumplir la mayoría de edad y poder irme de ese orfanato.

Pero ahora estaba aquí, pasándolo mucho peor. Si me hubiese escondido bien esa noche, tal vez no me hubiese visto. Si no hubiese hecho tanto ruido no se hubiera dado cuenta de mi presencia. Pero lo hizo, solo me llevó a mí, como si me hubiese estado buscando. Me llevó arrastrando del infierno que era mi orfanato para llevarme a otro aún peor.

Llegamos al final del pasillo y paramos frente a la puerta, la miré con miedo y odiaba sentirme tan débil.

—Vengo a buscarte en unas horas—Informó soltandome bruscamente del brazo y abriendo la puerta para mí.

Pensé en escapar, en salir corriendo y pedir ayuda, gritar que me habían raptado y ahora querían que este con alguien a la fuerza. Pero no iba a poder hacerlo, iban a atraparme y no quería pensar lo que me harían si lo hacían.

Así que solo agaché la cabeza y entré. Escuche como cerró la puerta y mi vista se volvio a nublar por mis lágrimas, sentí pasos acercándose pero aún si no levanté la cabeza, no quería ver al hombre que me había comprado por está noche.

Sentí su presencia muy cerca de mí y pequeños sollozos ahogados no pude retener.

—Tranquila—Una voz ronca resonó en toda la habitación y una gran mano secó mis lágrimas con delicadeza—No voy a tocarte—Fruncí el ceño pero no pude levantar mi cabeza, mis manos no paraban de temblar por el miedo y mi cara estaba empapada—No estés asustada, ahora estas bajo mi cuidado y nadie va a hacerte daño.

Después de aquellas palabras, decidí mirarlo al fin. Así que tomando valentía levanté mi rostro lentamente para observarlo.

Escalofríos recorrieron mi cuerpo erizando mi piel cuando conecté mis ojos a los suyos, un sonoro jadeo salió de mis labios por tan nuevas sensaciones.

Sus ojos eran verdes, pero no uno normal, eran de un verde agua muy brillante, único. Hacían un gran contraste con su pelo negro. Reparé en todo su rostro dandome cuenta lo atractivo que era, simplemente era hermoso. Pero su aura transmitía peligro, de ese peligro que parecía un imán por lo atrayente que era. Tenía tatuajes en su cuello que se perdían en su elegante traje negro. Es demasiado alto y se nota su cuerpo bien formado oculto por sus prendas. Este hombre no es nada de lo que imagine que vería.

—¿Quién es usted?—Pregunte mirando hacía arriba aún con mis ojos llorosos.

—Dime diablo.

°

La Debilidad Del DiabloWhere stories live. Discover now