Prologo

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Al fin regresaba a China, estuvo ensayando durante los últimos años las palabras correctas, pero en esta ocasión se lo diría aunque no pudiera expresarse con claridad por los nervios que llevaba.

Tomó la cadena que su enamorado le había dado para pegarla a su pecho con cariño. Tenia la forma de una nube, le había prometido cuando eran niños que cuando fueran grandes se casarían. Wei Ying jamás le había dicho sobre sus sentimientos por miedo al rechazo.

Pero ahora se lo diría y nadie iba a impedírselo. Había llegado para pedir que se case con él.

Al llegar fue recibido por toda su familia, no los había visto en 4 años y su madre estaba igual que siempre, a diferencia de su padre que parecía que los años de trabajo le sacaron factura.

Le dio la mano notándolo un poco frio y temblaba.

—¿Hay algo que no sepa? — le comentó preocupado.

—Será mejor que nos vayamos A-Ying. — Le dijo su madre literalmente empujándolo dentro del auto. Cambió de manera abrupta la conversación para que su bienvenida no sea aguafiestas.

Llegó a la casa donde le tenían una fiesta de bienvenida, allí estaban todas las familias más poderosas de China, los Jiang, los Jin, los Yao y para su fortuna o tortura los Lan.

No estaba listo para ver a su enamorado. Cuando vio a Lan QiRen un nudo se posó sobre su garganta dándole ganas de vomitar por los nervios.

Recibió elogios por sus premios recibidos durante el estudio, y más temprano que tarde apareció.

—Hola A-Ying, ¿vienes y ni siquiera le diriges la palabra a tu mejor amigo? — escuchó a su espalda, recibiendo un fuerte escalofrió de esta. Volteó mirando fijamente a su enamorado y a su típica sonrisa. ¡Cuánto la adoraba!

—Hola, ¿Qué tal? — le dio la mano, pero Lan Huan lo atrajo para darle un abrazo, tan cálido que podía permanecer en esa posición para el resto de su vida.

El mismo se apartó para verlo a los ojos.

—Tengo algo que decirte, ¿tienes tiempo? — Wei Ying asintió, no se podía sentir más feliz. Todo lo que quería era un momento a solas, expresarle sus sentimientos, pedirle que se casen y que formen una familia juntos.

Lan Huan lo llevó al patio trasero, Wei Ying tomó no una copa sino una botella, el bebía tanto como él y le encantaba hacer competencia, de hecho que fueran tan parecidos fue lo que lo hizo enamorarse de el en primer lugar.

—Tomando tanto como siempre... — le reprochó Lan Huan mientras se sentaba en una banca.

—Vamos a hacer una competencia, espero que hayas comenzado como yo sino me alcanzas...

—Wei Ying tengo algo que decirte...

—Yo también. — Lan Huan bajo la cabeza intentando ocultar inútilmente un sonrojo.

—Wei Ying eres mi mejor amigo así que comenzaré. — El corazón de Wei Ying comenzó a latir tan fuerte que incluso se sintió mareado. — Mira he estado enamorado durante años de la misma persona, y he estado dispuesto a hacer lo que sea por ella.

—Si estas enamorado,  solo dile — Wei Ying no supo cómo dijo eso, quizás ni siquiera tenía que ser el quien se lo dijera.

—Se lo dije, y ¿sabes qué? Me corresponde. Ahora mismo estamos saliendo no se lo he dicho a nadie más, mi tío puede matarme ya sabes cómo es su temperamento. — La sonrisa de Wei Ying de repente desapareció.

—¿Quién es?

—¿Estas bien? ¿te noto pálido?

—Es que comencé a tomar muy rápido. — Lan Huan sonrió.

—¿En América perdiste la practica?

—¿Quién es?

—Es Jiang Cheng, lo conoces está en esta fiesta pero como todavía no es público. — Los ojos de Wei Ying se cristalizaron.

''¡No llores! ¡no debe verte triste!''

—¿Jiang Cheng? — se escuchó molesto. — ¿Él no es un omega enojón?

—Lo es, pero es muy dulce cuando lo conoces...

—Me alegro... por ustedes...

—¿Enserio estas bien? ¿no quieres que te traiga algo?

—No, quiero respirar un poco de aire fresco. — Sabia que Lan Huan estaría allí apoyándolo así que se quedó a su lado.

''Si no me amas no tienes derecho a ser amable conmigo''

Estar allí fue toda una tortura, pasaron apenas 20 minutos pero fueron los minutos más largos de toda su vida, se limpió las lágrimas que querían salir de sus ojos intentando disimular un mareo.

El regreso a China no estaba yendo tan bien como esperaba. Y lo peor fue cuando apareció Jiang Cheng, tenía una relación estrecha con el heredero Jiang, pero en esos momentos todo lo que quería era golpearlo.

Lo miró de pies a cabeza, quería saber qué fue lo que Su Lan Huan le vio para que lo prefiriera por encima de él, por un segundo pensó que fue su culpa por no haberse confesado antes, pero la realidad era que Lan Huan le dijo que había estado enamorado durante años de él, así que no era su culpa.

El destino funcionaba de maneras irónicas, cuando no es tuyo ni aunque te pongas y cuando es tuyo aunque te escondas. Wei Ying tuvo que saberlo de la peor manera.

—Hola A-Ying, lo siento que no pude venir a saludarte — Jiang Cheng le dio la mano con una sonrisa, Wei Ying lo fulminó con la mirada pero se dio cuenta al segundo que él no tenía la culpa de nada.

Le dio la mano pero se notó tenso y de mala gana.

—Ya las de saber que Lan Huan y yo estamos saliendo... ¿no es así? ¿te molesta si me lo llevo?

Debería de ser el quien dijera esas palabras, Lan Huan debería de ser suyo no de ese estúpido que ni siquiera sabe lo que quiere. Wei Ying asintió con tristeza antes de que Jiang Cheng lo tomara del brazo y se perdiera.

Ya cuando notó que se habían ido se permitió llorar y desahogarse todo lo que podía.

¡Auxilio! ¡Estoy enamorándome de mi esposo!Where stories live. Discover now