Nicole Maybank es la mejor patinadora de la isla con un pie en las próximas olimpiadas. Connell es el mejor jugador de hockey y el próximo súper fichaje de la National Hockey League. Sus vidas siempre han estado conectadas gracias al hielo, pero Nic...
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CONNELL HOLLANDER
No tardé mucho en salir de la pista después de ver que Nicole lo había hecho. Estaba claro que la rubia de los cabellos rizados, compartía las mismas emociones que yo en estos momentos. Sabíamos que la idea no iba a gustar para nada a nuestros compañeros. Era una de las cosas que ya habíamos planteado con los entrenadores, pero no sabíamos que nos iban casi a desterrar de la isla con la mirada.
Podía entender que no les gustase la idea, a mí tampoco es que me hiciera especial ilusión ponerme a hacer patinaje sobre hielo. Pero lo que no me había hecho ningún tipo de gracia es que nuestros compañeros nos hicieran creer que habíamos cometido el peor delito de la historia de los Estados Unidos. Solo era un maldito evento que duraría como mucho ocho horas, ¿tan difícil era echar una mano para poder salvar la maldita pista que nos iba a asegurar un futuro?
Gael y Martina me miraron en cuanto oyeron a Nicole patinar hacia la salida. Yo no había podido apartar la mirada de ella desde el instante en el que los entrenadores habían empezado hablar del evento. Cuando sus ojos azules se cruzaron con los míos, supe que algo no estaba yendo bien. Yo lo había notado desde el principio, pero lo que me diferenciaba de ella, es que mi "armadura humana" había actuado al instante. Ella se había visto sola ante el peligro.
Fue cuestión de segundos que las miradas se fijaran principalmente en ella y la juzgaran. Era una de las cosas que siempre había odiado de la compañía de patinaje en la que mi hermana y ella estaba metida. Eran todos una panda de envidiosos. No había visto nunca un ambiente tan tóxico en la vida. Se respiraba demasiada rivalidad. No sé si en todas las compañías pasaba lo mismo, pero jamás había visto un ambiente en el que todo el mundo podía ponerse en contra de alguien que estaba consiguiendo buenas marcas y que estaba beneficiando a la compañía. Se suponía que eran un grupo, que se apoyarían pasara lo que pasara. ¿Qué es lo que ha pasado para que eso cambiara y todo el mundo fuera el rival de alguien?
Mi hermana tuvo que llamarme un par de veces para que mi cuerpo dejara aparcada la ira y no permitiera que ellos se sintieran satisfechos por ver que habían conseguido sacarnos de nuestras casillas y hacernos sentir culpables de algo en lo que nosotros no decidimos. Miré una vez más a los compañeros que nos rodeaban y apreté la mandíbula. El entrenador seguía dándole explicaciones a algunos que todavía no habían querido aceptar que en las próximas semanas tendrán que aprender a jugar al hockey o a patinar sobre hielo. La entrenadora de las chicas estaba intentando mantener los nervios a raya y que todo el mundo pudiera dar su opinión sin que se generase una discusión. Negué con la cabeza y me fui de allí casi echando humo por las orejas.
Con los patines en la mano, fui directo hacia el vestuario de chicas. Ahora mismo no había nadie, así que no tenía que preocuparme de nada. Nicole iba a estar sola e iba a poder decirle que no estaba sola en aquello. Con los nervios a flor de piel, di un par de golpecitos en la puerta que permanecía abierta y esperé a que alguien respondiera.
