𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑪𝑰𝑵𝑪𝑶

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"𝙴𝚕 𝚌𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘 𝚘𝚜𝚌𝚞𝚛𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚎𝚡𝚒𝚝𝚘"

*ADVERTENCIA: En este capítulo se hace mención a escenas de humillación y palizas

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*ADVERTENCIA: En este capítulo se hace mención a escenas de humillación y palizas. Solo quiero decir que está hecho desde el mayor respeto posible y que no acepto bajo ningún consentimiento este tipo de abuso*.

Si estás pasando por una situación similar, no tengas miedo de solicitar ayuda.

CONNELL HOLLANDER

Sé que Gael y Martina están cerca de la entrada del pasillo esperando a que Nicole y yo salgamos agarrados de la mano y con las cosas solucionadas, pero no van a recibir la imagen que se han creado en la cabeza. Los dos se incorporan de la pared en la que están apoyados y hacen el intento de dirigirse a mí, pero yo no les doy la oportunidad. Paso por el lado de ellos sin apartar la mirada de la puerta que tengo a varios metros. Me duele la cabeza de tanto llorar, pero me da igual porque no pienso ocultar que encontrarme con Benjamin me ha afectado más de la cuenta. Hace mucho tiempo que me prometí a mi mismo no callarme como me sentía más.

Mis pies se mueven con agilidad por los pasillos. No sé porque diablos no me doy media vuelta y salgo del pabellón para irme a casa, darme una ducha y ponerme a dibujar hasta que el sol salga y se cuele por mis cortinas. No sé porque mi cabeza tiene la necesidad de dirigirme a aquel sitio. Aunque, en el fondo, sé que quien está haciendo esto es mi corazón. Muy en el fondo, yo necesito volver a aquel día para poder seguir adelante. Para poder demostrarme a mí mismo que soy fuerte. Que sigo siendo fuerte a pesar de que él me hizo creer que no lo era.

Necesitaba demostrarle a mi monstruo que ya no me da el miedo que me daba antes.

Que ya no tiene el poder de darme bocados cada vez más grandes cuando él quiera y seguir como si nada mientras yo me quedo en el sitio lamentándome por el daño que me ha vuelto a hacer.

Que ahora ese poder lo tengo yo.

Que ya no puede morderme porque, si lo hace, corre el riesgo de que esta vez no me quede quieto. Corre el riesgo de que me plante frente a él y sea yo esta vez el que pegue el bocado primero.

Y, aunque me ha costado mucho sufrimiento y mucho tiempo entenderlo, siempre he tenido el mismo poder que él, pero nunca he sabido cómo emplearlo.

Ahora sé cómo hacerlo.

Mi mano tiembla sobre el pomo de la puerta que tiene el cartel de «entrenador». Sé que no está cerrada con llave porque el entrenador Reynolds siempre pierde la llave y, bueno, tampoco es que tenga una fortuna escondida ahí dentro. Todo el mundo sabe cómo y cuándo entrar a este despacho, por eso él tiene la tranquilidad de dejar sus cosas ahí dentro incluso cuando se va de vacaciones.

He entrado miles de veces en este despacho después de aquel día. Siempre he evitado estar durante mucho tiempo porque a los pocos minutos me llegaba una sensación de asfixia que me obligaba a salir de aquí corriendo. A pesar de que en este sitio me han dado las mejores noticias de mi vida, siempre ha habido una pequeña manchita que ha emborronado todo. Como la vez que nos dieron la noticia de que tendríamos que hacer los dos eventos. Para el Connell de ese momento, pasar tiempo con Nicole era algo que necesitaba para poder entrar en la vida de la chica más allá del hermano mayor de su mejor amiga. Pero no lo disfruté como debería, y Nicole se dio cuenta porque fue la primera vez que me vio dudando de mí mismo y la primera vez que nuestras manos se tocaron.

SALVANDO MR SKI LOUNGEWhere stories live. Discover now