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A la mañana siguiente Rhaenys tiene que partir a Marcaderiva. La reina pasa el día en la fortaleza roja discutiendo con su esposo el si debería perdonar a Corlys para tener la fortaleza Velaryon se su lado.

Esa misma noche, Dyannah decide montar a Cannibal y sobrevolar el mar para tener algo de paz. Sobrevuela la zona entre Marcaderiva y Rocadragón cuando ve una pequeña embarcación en la orilla de esta primera isla.

—Cannibal desciende —ordena. Y el dragón obedece.

Desde abajo, desde aquella pequeña embarcación, Leanor sabe que ha sido descubierto.

—¿Qué hace Leanor ahí? —se pregunta a sí misma.

Hace que Cannibal descienda y baja de él rápidamente.
—¿Leanor?
—Mi reina... Yo...
—Ahórrate las mentiras. ¿Qué pretendes?
—Yo... Nada... esto... —Dyannah alza una ceja y él entiende que todo le ha salido mal.
—Huyo.
—¿Qué?
—Déjame ir... por favor. Mis padres creen que he muerto.
—¡¿Qué?! —en ese momento se escucha a Cannibal emitir un rugido. —Cállate. Y sube conmigo. Tienes muchas cosas que explicarme.
—¿Qué?
—Es una orden. No se a donde pretendías ir pero di a los barcos que aportan sin ti. Si eres lo suficientemente convincente yo misma te llevaré a donde sea que pretendas marchar.

El dragón desciende en la inmensa orilla y Dyannah sube junto a Laenor, Dyannah hace que el dragón descienda en Rocadragón, que se encuentra deshabitada aún.

Cuando bajaron, Laenor explicó la situación a Dyannah.
—Nunca me imaginé montar a Cannibal.
—Tu padre ya visto a mi dragón. Si piensa que has muerto pensará que es culpa mía.
—Quiero ser feliz, alteza.
—Tu madre acaba de perder a su hija. A caso ¿no merece ella ser feliz?
—Alteza...
—No puedo permitir, Laenor, que le causes ese daño independiente de que entienda tus razones. Hagamos algo. Cuenta la verdad a tu madre.
—¿Qué?
—Hazlo. Y entonces yo te llevaré a donde quieras. Nadie más lo sabrá.
—Mi reina...
—Es mi única condición, Laenor. Si no, será traición.
—Está bien.
—Espera aquí.

Dyannah vuelve a Marcaderiva sobre Cannibal y este empieza a gruñir fuertemente. Dado que nadie parece dar importancia a su presencia. Con su magia, hace que todas las velas de Marea Alta se apaguen, llamando así la atención de Rhaenys. Quien no tarda en asomarse a la ventana.

Dyannah le hace señas y Rhaenys no tarda en subir a Meleys. Aún está en pijama y sus ojos se encuentran llorosos. Dyannah lo nota y espera a que la dragona de esa mujer se ponga a la altura de Cannibal.
—¿Qué pasa? —dice Rhaenys con un humor para nada bueno.
—Lo siento, sé que estarás devastada y me encantaría abrazarte, pero si tu marido me ve entrando a Marea Alta probablemente quiera matarme.
—Se ha ido.
—¿Se ha ido? Da igual. Sígueme. Tengo algo que enseñarte.

Ambas vuelan a Rocadragón, donde Rhaenys se encuentra sin entender nada.

—No podía dejarte sufrir de ese modo —dice Dyannah. Haciendo que Laenor se presente ante ellas.
—Hijo mío —dice Rhaenys abrazándolo de inmediato. Sus ojos han vuelto a llenarse de lágrimas esta vez sin creer lo que tiene ante ella.

Laenor no tarda en contar a las mujeres lo que planea. Y Rhaenys acepta dejarle marchar y no contar nada a nadie. Dyannah se ofrece a llevar a Laenor pero este insiste en marchar en su dragón.

Las dos mujeres quedan solas en esa isla de nuevo.
—¿Por qué se ha ido Corlys?
—Hemos discutido.
—¿Por qué? Perdóname. No debería entrometerme.
—Te vio junto a Cannibal y pensó que eras la culpable del asesinato de Laenor. Te defendí.

Flashback:
—Acabo de ver a esa furcia abandonar la isla ¡mi isla! ¡Ha sido ella estoy seguro!
—La reina no ha tenido nada que ver en esto, Corlys.
—¡La he visto Rhaenys!
—Quizá se alertó por el barullo de los dragones.
—No... ha sido ella... La mataré con mis propias manos.
—No pondrás un solo dedo sobre Dyannah.
—¿Por qué la defiendes? —pregunta de manera violenta. —No quiero que mantengas contacto con esa... ¡Cualquiera! ¡A saber las cosas que hace a espaldas del rey!
—No voy a romper mi amistad con ella, Corlys.
—¡He dicho que no quiero que te relaciones con ella!
—¡No voy a dejar de verla! No voy a despreocuparse por su dolor.
—¡¿Por qué nos importaría ella?! ¡¿Por qué la defiendes?!
—¡Porque yo me preocupo por ella! ¡Sea mañana, tarde o noche me preocuparé por ella! ¡Al igual que ella ha hecho por mí! Y tú la heriste. La heriste Corlys con ese comentario afilado... Y me heriste a mí. Porque no es ella la única que ha perdido un hijo.
—Estás escogiendo a tu... amiga... antes que a tu esposo. Estás conmigo, o contra mí. Y no discutiré contigo Rhaenys. Me voy. Me voy a los peldaños.

Sin mediar más palabra Corlys abandona Marcaderiva antes de que Rhaenys pueda siquiera contestar.

—Siento que... lo que ha pasado con tu esposo —dice sincera Dyannah.
—Corlys me ha abandonado tras la supuesta muerte de nuestros dos hijos por una discusión. Y aún así tiene la valía de pedirme explicaciones de por qué no me posicioné en su razón...
—Corlys no es un buen marido. Viserys tampoco lo es, pero Viserys es un buen amigo... y un buen hombre. ¿Lo es Corlys?
—Ya no sé lo que es o lo que no...
—No quiero que pienses que me aprovecho de tu malestar con él. Pero sabes que... Soy tuya, Rhaenys... Y siempre voy a estar a tu lado. Nunca estarás sola...
—Lo has estado todos estos años —dice Rhaenys tomando su mano. —Creo que me vendría bien ese viaje al norte... ¿Podemos llevar a las niñas? —Dyannah asiente.
—Contaba con ello... Sé que les gustarán mis lobos.
—Laena adoraba a esa loba huargo —dice con nostalgia.
—A Tiniebla, sí... Extrañará a Laena... Se emocionaba mucho cuando esta visitaba el norte.
—¿Podemos irnos mañana?
—Podemos ir cuando quieras... Mi marido aprovechará el tiempo con Alicent, seguro...
—Olvídate de él.
—Lo hago. Que se divierta. Yo lo haré también. Hablando del norte...
—¿Qué sucede?
—Aemond... Me ha rogado que no lo deje solo en la fortaleza roja. ¿Crees que podríamos... llevarlo? No nos molestará, es un niño muy noble y...
—Mis nietas lo odian.
—Lo sé... pero quizá puedan unir lazos. Él anhela un amigo... O dos amigas... Rhaenys... Te prometo que no causará problemas.
—Sé lo mucho que quieres a esos niños. Y sin duda estará mejor con nosotras allí que tras el manto de su madre aquí. Hablaré con las niñas.
—Eres la mejor... —dice Dyannah dando un beso a Rhaenys.

Ambas deciden pasar la noche en esa isla. Aunque muy temprano Rhaenys vuelve a Marcaderiva y Dyannah a la fortaleza roja.

THE QUEEN'S LOVER (Rhaenys Targaryen)Where stories live. Discover now