Capítulo 41

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Dedos duramente presionados y respiración un tanto intranquila. Ceño ligeramente fruncido y labios siendo relamidos cada cierto tiempo; esa es la descripción que tenía para Harry Styles en este instante, dejando de lado sus brazos alrededor de mí, por supuesto. Sonrisa tonta y cuerpo relajado, dos pequeñas frases que creo que me definían.

Fin del juego.

—¡No! —Gritó con una mueca en el rostro. Parpadeé un par de veces saliendo de mi nube—. ¡No, no, no!

—¿Qué pasó?

Él comenzó a gruñir. Se llevó las manos al rostro y casi comenzó a jalarse de los cabellos. Elevé una ceja, confusa, y viendo en la pantalla del televisor como la princesa Peach celebraba.

¿Yo había...?

—Ganaste —susurra. Y sonrío malévolamente.

—¿Qué dices? No te oigo.

Él aprieta los dientes y aleja la mirada.

—Ganaste.

—¡Oh, sí! ¡Te gané! —Levanté las manos y chillé de alegría. ¡Había ganado! ¡Hora de compras!

—Exijo una revancha —Se cruza de brazos.

—Oh, ¿el nene no sabe aceptar su derrota? —Formo un puchero en mis labios y rio—. ¿Al nene le duele que una chica le haya ganado?

—No me has derrotado —Dice seriamente, aunque sé que está resistiendo la risa—. Ha sido suerte de principiante.

—¿Por qué me suena a frase de perdedor? —Ruedo los ojos y suelto una carcajada—. Vamos, has perdido —Sonrío y le abrazo besando luego su barbilla—. Admítelo —Le hinco en la costilla con el dedo índice y se le escapa una risa tonta.

—No, no he perdido —Ríe—. Has hecho trampa.

—¡Oh, por favor! —Me quejo—. Vamos, acéptalo ya, Harry. Has perdido frente a Daphne Hurley —alardeo con una gran sonrisa victoriosa en los labios. Dejo un beso en su pecho y él suspira.

—Vale, pero...

—¡Gané, gané, gané!

—Sólo por esta vez —ríe y besa mi tez—. Suerte de principiante. Es más, estoy pensando que el estar tanto tiempo conmigo te está haciendo muy sabia, ¿eh? —Frunzo el ceño y niego con la cabeza riendo después. ¿Por qué tiene que ser tan presumido? Tal vez es algo en lo que podamos coincidir un poco y nos detestamos y amamos por ello. Que inesperada y caprichosa es la vida.

—Tenemos que ir a casa. Tengo que alistarme y tengo que...

—¿Qué? Daphne, estás bien tal y como estás —dice él. ¿Cuándo no los hombres de impacientes? De seguro piensa que mientras más rápido vayamos más rápido nos iremos, y siento mucha pena por él si es que eso es lo que está pasando por su cabeza.

—No, no lo estoy. Y si yo quiero ir a mi casa, iré a mi casa. —Me levanté del sofá y noté que él pretendía decir algo más, pero me alejé de él dejándole con la palabra en la boca. Logré escuchar que maldijo en voz baja y gruñí ante aquello también—. ¡He escuchado eso, Harry Styles! —Éste refunfuño una vez más y resistí el girarme y darle una bofetada.

Odiaba cuando Harry se ponía en ese plan tan odioso.

Lo último que quería ahora era volver a discutir. Peleamos y nos arreglamos, nos peleamos y nos arreglamos; no quiero que esta sea una rutina, no quiero que nos basemos en eso. Respiro profundo y subo las escaleras con calma. Con toda la paciencia del mundo guardo mis cosas nuevamente en uno de los bolsos que tenía ya, guardo mi ropa y algunos accesorios. Le escribo en un mensaje a Nanny en el cual le digo que estoy regresando a casa y le digo también que Harry se ha recuperado, y no es como si mentirle fuera algo que me agradase, por supuesto que no, pero no quería dejar mal al rizado anciano refunfuñón que ahora me miraba con el ceño fruncido desde el marco de su puerta.

NERD.Where stories live. Discover now