Capitulo 22

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Desde el nacimiento de Gigi el mundo había vuelto a cambiar para Abby pero este cambió era totalmente diferente a los otros que había experimentado en su vida. Su hija había llenado la vida de todos los residentes de Stradford Park de pura felicidad.

Sus hermanas era las tías más adorables, Batty la ayudaba con todo y las más pequeñas Libby y Buffy disfrutaban de ella como si fuese una muñeca que cobró vida.

Cada día que pasaba Lady Georgiana Stradford o Gigi para su familia, creía fuerte y sana. Ella era la viva imagen de una Stradford, a Abby no paraba de maravillarle lo parecida que era a George. Para el resto del mundo su hija se parecía a Ralph pero tenía el color de ojos y su rubio iguales a los de Abby. Pero ella y Ralph sabían la verdad, esos ojos tan azules eran los de George y la felicidad que les producia a los dos era indescriptible. Pero asi como ella luz y felicidad, tambien era un recordatorio para Ralph del amor que Abby sentía por George.

Aun asi cada día que pasaba el amor que Ralph sentía por Abby no hacía otra cosa sino crecer. Verla en su papel de madre lo llenaba de orgullo y cariño. Ella era una madre magnifica, lo cual no era una sorpresa para nadie, ella era cálida y amorosa con todos pero aún así para Ralph era un motivo más para amarla. Y todo eso hacía que pasará menos tiempo en Barrow House.

El pesamiento de terminar con Cate rondaba su cabeza desde el nacimiento de Gigi pero su delibilidad no le permitía, cada vez que llegaba a Barrow House terminaba en su habitación con Cate debajo suyo. Con ella tenía todo lo que le faltaba con su esposa, tenía el amor, tenía la pasión pero al final de día a pesar de todo eso no era Abby. Aceptaba que se había enamorado de ella, no era la clase de amor comparable con lo que sentía por Abby.

Un día a finales de mayo se dio cuenta que llevaba tres semanas sin ir a Barrow House. Con su aniversario de bodas acercandose tomó la decisión de terminar de la relación y recuperar a su esposa de una buena vez.

Pero se sentía tan culpable, Cate había renunciado a su país, sus ingresos, su casa, sus amistades y su reputación por él. No tenía forma de devolverle todas esas cosas lo único que podía hacer es cuidar de ella financieramente el resto de su vida pero se sentía tan poco en comparación a todo lo demas.

El día que fue a Barrow House se sorprendió al no encontar a nadie esperandolo para recibirlo, Cate normalmente lo esperaba en la puerta cada vez que iba pero esta vez el mayordomo le informó que la Señora Foster se encontraba en la sala de estar. Ralph fue directo junto a ella y cuando llego Cate estaba tomando té mirando por la ventana, de verdad no conocía a una persona a la que le gustase más el té que a ella. No pudo evitar sonreir cuando la vió.

-Buenos días Cate- dijo entrando a la sala, por constumbre trato de darle un beso en los labios pero ella no lo permitió.

-Buenos días Excelencia- respondió ella mirando hacía otro lado.

A Ralph le sorprendió, Cate frente a los sirvientes solía ser formal pero nunca cuando estaban solos.

-Cate podrias decirme que esta pasando- preguntó Ralph, aunque él sabía perfectamente que ella no era tonta.

Ella lo miró y dijo:

-¿Vas a dejarme verdad?- con los ojos llenos de lágrimas.

-Cate, yo emm- comenzó a decir Ralph. Le dolía tanto verle así, se sentía un canalla de la peor calaña.

-Por favor no me mientas- dijo Cate llorando.

-Cate no voy a mentirte, si, vine el día de hoy a terminar nuestra relación, nunca quise hacerte daño y se que te estoy lastimando pero quiero que estes tranquila, yo voy a seguir cuidandote hasta el final de tu días, no quiero que- comenzó a decir Ralph.

-Estoy encinta- lo interrumpió Cate.

-¿Que?- fue todo lo que pudo decir Ralph.

-Estoy embarazada- dijo Cate entre lagrimas.

-¿Acaso no eras infertil?- respondió Ralph, cuando él la había tomado como amante había aceptado la posibilidad de hijos ilegitimos pero ella le había contado como había sido incapaz de darle un heredero a su marido.

-Si, te prometo que yo estaba segura de eso- dijo Cate entre lagrimas.

Ralph la abrazo y dijo:

-Por favor no llores, por favor, no tienes nada que temer, no voy a dejarte y voy a cuidar a nuestro hijo o hija-

-No es eso, yo se que amas a tu esposa y yo fui una distraccion a pesar de que se que dentro tuyo tambien hay un lugar que es solo mió, pero no ese no es el problema, puedo vivir sin tí, el problema es simplemente que yo estaba segura que era infertil, asi que no pense que iba a tener bastardos, yo puedo vivir como una adultera pero jamas pense que iba a tener que someter a un hijo mió a eso- le respondió Cate quebradose en llanto.

Por supuesto, ninguna madre querría eso para sus hijos. Y él si lo analizaba bien tampoco él quería que su hijo sea ilegitimo, queria que sea un Lord o una Lady, quería que tengan todos los beneficios de su posición no solo los economicos. Ya sabía lo que era ser padre, sabía lo era vivir con el corazón latiendo fuera del cuerpo y por todo lo que era sagrado para él iba a proteger y cuidar esa nueva vida.

-Nuestro hijo no va a ser un bastardo- por fin respondió Ralph.

-Ralph yo no soy tu esposa- respondió ella molesta.

-Si y no puedo hacerte mi esposa pero puedo hacer que nuestro hijo sea legitimo- dijo Ralph.

-¿Como?-preguntó Cate casi gritando, secandose las lagrimas.

Ralph volvió a abrazarla y dijo:

-Tengo un plan, por favor no te preocupes-

Pero para ese plan necesitaba de la ayuda de Abby.

Segundas Oportunidades (Saga Las Elizabeths #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora