45. MIEDO

420 18 0
                                    

______:

Llegue a la oficina de Viggo y para mi sorpresa el no estaba, Dagur me dijo que lo iría a buscar y que esperara quieta en la oficina. El silencio era desesperantemente estresante, me recuerda a las miles de veces que Viggo me encerraba en una habitación oscura cuando no podía cumplir lo que él me pedía. Al cabo de un rato escuché al manojo de la puerta sonar, no me giré por que supuse que era Viggo.

- Nunca antes me habías hecho esperar, Viggo. Al aparecer ya no soy tan importante para ti — dije para provocarlo.

Sabía que no tenía que hacerlo ya que él podía hacer y deshacer conmigo, pero ha estás alturas solo quería que me dijera que quiere he irme a hacer lo que me pide.

- Viggo está ocupado con el consejo en este momento así que me mandó a darte mi hospitalidad.

Me tensé apenas escuché la voz proveniente de mi espalda, con rapidez me levanté de la silla frente al escritorio del jefe de los cazadores y me giré para no darle la espalda a aquel hombre al que le he temido desde que era tan solo una niña de cinco años.

- Si Viggo está ocupado volveré en otro momento.

- No es necesario querida ______, nos divertiremos mucho esperando a Viggo - su voz me provocaba náuseas, ese tono maliciosos que siempre tenía Ryker al hablar conmigo, al tratarme como un objeto, era asqueroso.

- No tengo intensiones de quedarme aquí contigo, así que si me disculpas esperaré afuera - me acerque a la puerta para salir pero antes de poder si quiera estar cerca de esta Ryker la cerró con fuera y puso el seguro.

- Oh no, niñita. Tu no vas a ningún lado - Ryker comenzó a acercarse y yo retrocedí. - Hoy no te escaparas.

- Si te atreves a ponerme una puta mano encima Ryker te juro que no me importa si me dan mil o dos mil azotes por matar al hermano del jefe de cazadores - escupí.

- Cuida esa boca niña insolente, le he dicho a Viggo que hay que doblegarte para que de una puta vez respetes a tus superiores pero no me ha hecho caso; creo que tendré que tomar la situación en mis manos

El miedo comenzó a crecer en mi interior, yo mejor que nadie sabia lo que Ryker hace cuando no estan a su merced, sobretodo hablando de mujeres; aun tengo los recuerdos de cuando era niña, el sonido de las mujeres que Ryker tomaba por la fuerza, aun las escucho cuando el silencio reina; me acuerdo de las cosas que me decía cuando acababa con ellas.

- Si sigues las ordenes al pie de la letra y me mantienes satisfecho a mi y a mi hermano puede que no te haga nada.

Recuerdo como me obligaba a escuchar del otro lado de la habitación cuando me encerraba en el armario; recuerdo el miedo que le tenia cuando era mas pequeña, y en cierto modo sigo teniéndole miedo, pero ahora soy mas grande, con mas fuerza, mas ágil, y si bien Ryker es notablemente mas alto que yo y con mucha mas fuerza daré pelea, y si piensa que el puede doblegarme después de toda la mierda que he pasado, esta muy equivocado.

- He esperado este momento desde el día en el que llegaste aqui, eras una niña tonta he indefensa, y conforme fuiste creciendo te desarrollaste muy bien, pero mi hermanito no me dejaba tocarte, eras su jugueto de porcelana - cada una de sus palabras hacían que la bilis subiera por mi garganta. - Pero Viggo tiene asuntos mas importantes que una niñita malcriada que cree que puede hacer lo que quiera.

Intente buscar una salida, algo con que defenderme, lo único que encontré fue una ventana, desgraciadamente con forme han pasado los años el castillo de Viggo se ha expandid y ahora es el doble de grande de lo que era antes, y para mi desgracia su oficina quedaba mucho mas arriba de lo que me gustaría. Si Katla estuviera aqui se que me atraparía apenas salte por la ventana, pero Katla no esta aqui, nadie esta aqui; estoy sola, como lo he estado casi toda mi vida.

Dos furias, dos amores (Hipo y tú) +18Where stories live. Discover now