Todo había vuelto a ser mejor, Mau y yo estábamos muy bien después de la pelea.
Todo se arruinó el día que estábamos en su casa.
-Amor, salgo a comprar unas facturas, ¿Querés?- Me dijo agarrando plata y las llaves.
-Dale, pero apurate- Sonreí y me acerqué a él.
-Sisi, en cinco estoy.
Le di un beso y se fue.
Estaba en el baño, viéndome al espejo enjuagandome la cara, y cuando termino, me pareció ver algo en el techo, en el cielo raso.
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(Obviamente es de referencia el baño sería más chico)
Exactamente el cuadrado de la esquina, estaba medio mal puesto, asique me subí al inodoro con intención de arreglarlo. Me dió curiosidad ver que hay ahí arriba y vi una caja, entre risas y sorprendido la saqué y la abrí.
Ahí fue cuando mi vida se arruinó, y descubrí con quién estoy de novio.
La caja estaba llena de MIS boxers, curiosamente los que no encontré más.
Había una REMERA MÍA.
Fotos de mí.
Había un frasco, y cuando miré bien que tenía adentro, me asusté y lo tiré al piso.
Eran dientes, dientes.
Dientes podridos, como si...
El celular de Enzo... oh no...
¡Mi celular viejo! ¡El que perdí en las vías!
El celular de Thomas...
No por favor...
-¡Amoor! ¡Volví!
Entré en pánico y empecé a guardar todo, me dió mucho asco pero tuve que guardar cada uno de los dientes, no puede ser posible esto.
Desesperado guardé todo, cerré el cuadrado del techo y salí intentando disimular el miedo que le tenía a Mauro ahora.
-¿Estás bien?- Dijo notando mis nervios.
Asentí desesperado y pensé en como irme de ahí.
-¡Ahí tomamos mate! Bancame que voy al baño, mi amor.
Casi ni podía respirar, me acerqué a la puerta y me quedé recalculando ahí. Agarré mis cosas y agarré su llave para abrir la puerta pero, mierda. No sabía cuál era.
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Volví de comprar y te noté demasiado raro , y no soy boludo, sé que algo que no me conviene pasa.
Entré al baño y vi algo que me hizo dar cuenta de todo. Supe qué era lo que te pasaba.
Había un diente de Enzo tirado, pero yo no fui. Fuiste vos. Urgaste entre mis cosas y ahora sabes demasiado.
