154- CATO 2 -154

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Vean "CATO" para entender esta pequeña historia.❤️

(Está en Youtube, aprovechen que seguro la sacan)

Pasaron tres años de todo lo ocurrido, y pasaron cosas.

La Yenny y yo nos vinimos a vivir en un departamento chiquito pero hermoso que nos dió el que se convirtió en mi mánager.
Santiago.

No podemos estar más felices.

—¡Gabriel! ¿Vas a desayunar?— Gritó mi hermana desde el comedor.

Salí del baño desesperado.

—No me digas así. ¿Qué hora es?— Pregunté pasando mis dedos en forma de peine por mi cabello.

Efectivamente, me había quedado dormido.

—Las doce y media, tarado.

—¿¡Qué!? Ay, la concha.— Me quejé. —Haceme el almuerzo, por favor.— Junté las palmas de mis manos.

—¿Ya la comida?— Frunció el ceño.

—¡Tengo que ir al estudio! Por favor enana.

Ella rodó los ojos.

—Voy.— Entró a la cocina que estaba al lado del comedor, la cual es bastante pequeña.

—Gracias te amo.— Sonreí.

Mi celular comenzó a sonar, lo agarré y atendí la llamada.

—¡Cato qué hacés en tu casa todavía!

—Santi perdoname, me quedé dormido. Como algo y voy para allá.

—No señor. Está el Uber abajo esperándote. Comes acá, hay un buffet enorme re variado que te va a encantar. ¡APURATE!

—E-eh, okay.— Sonreí. —Ya bajo, gracias.

Corté la llamada y me acerqué a la puerta de la cocina, la cual siempre estaba abierta.

—Yenny, está el Uber abajo, me tengo que ir ya.

Ella se dió vuelta.

—¿No vas a comer nada?

—Como allá.— Me acerqué y le di un pequeño beso en la frente. —Nos vemos después enana, cuidate. Cualquier cosa avisame. Te amo.

No alcanzó a decirme nada ya que salí corriendo.

...

Caminaba apurado por un lugar del gran edificio donde está mi estudio. Es prácticamente una empresa.

Pasé por al lado de un lugar en donde se pueden grabar canciones y todo eso, pero frené porque escuché una voz que me llamó la atención.

La voz de un pibe.

No reconocí ni la canción ni su voz, solo supe que me había encantado como cantaba.

—¿¡Cato!?

Ash, mi mánager.

—Hola Santi.

—Vamos a grabar de una vez antes de que te tire de las orejas.

Reí.

—Sí, vamos.

Sin él yo no podría haber hecho nada de mi vida. Mi hermanita seguiría viviendo en el barrio y en la casita en la que vivíamos, la cual se caía a pedazos.

Por eso lo quiero tanto, él fue quien me recomendó en éste lugar tan mágico.

Este lugar hizo que yo sea un poco conocido por mi "talento". Así le llama Santiago.

One shoots LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora