Capítulo 6.

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Lunes 15 de octubre, 1990.

Frunció su ceño mientras movía sus ojos por debajo de sus párpados aún cerrados, para finalmente abrirlos a la vez que su cuerpo se estremecía por el gélido ambiente que lo rodeaba. Soltó un suave estornudo y se percató de que se hallaba recostado sobre lo que parecía ser un sillón, de la fina manta que lo cubría y de la silueta que se encontraba frente a él, dándole la espalda. Observó aquel cabello castaño y la piel trigueña que la remera dejaba expuesta en la zona del cuello. Ese chico volteó su rostro con lentitud y dejó ver su perfecto perfil al mismo tiempo en que una expresión monótona se hacía notar en su rostro.

—¿Despertaste por fin?

Tragó en seco al darse cuenta de la situación, miles de destellos cargados de memorias llegaron a su mente junto con el agudo dolor de cabeza... La persona que le había hablado era ese que conoció en el barco, Kim Taehyung, recordó su nombre también, imposible de olvidar. Lo vio darse aún más la vuelta, pero sin dejar de darle la espalda, esta vez para clavar con intensidad los orbes oscuros de sus grandes ojos sobre él.

—¿En dónde estamos? —preguntó, sorprendiéndose de lo ronca que se oía su voz.

Hizo una mueca de incomodidad al notar su garganta reseca y la molestia en su pecho a cada respiración que daba. No tenía duda alguna de que estaba empezando a enfermarse, sobre todo porque tiritaba de frío, a diferencia del joven de cabello castaño frente a él.

—En Rusia —respondió con una característica voz gruesa.

—¡¿En Rusia?! —exclamó, sentándose de repente.

Todo se volvió borroso y dio vueltas, provocándole un fuerte mareo que acabó por desequilibrarlo y hacerlo caer hacia el sillón otra vez. Sin embargo, unas gentiles y cálidas manos lo sostuvieron para evitar aquello. Sacudió su cabeza unas tres veces mientras sus ojos permanecían cerrados y su ceño fruncido.

—¿Estás bien, Jimin?

Sintió un cosquilleo extraño en su abdomen en cuanto esa voz cargada de preocupación y dulzura preguntó aquello, así que se dispuso a prestarle atención al semblante ajeno. Lo primero que notó fue aquel peculiar lunar en el medio del párpado inferior de su ojo derecho y una tierna sonrisa adornando su rostro.

—Taehyung, ¿verdad...? —balbuceó.

—Sí —sonrió más aún—. Parece que te golpearon fuerte esos tipos, ¿seguro que estás bien? Tu temperatura se siente alta, creo que tienes fiebre.

—Estoy bien —se resignó, esquivando su mirada—. ¿Qué hacemos en Rusia? ¿Qué es esta habitación?

—No lo sé —negó con su cabeza, haciendo una mueca de disgusto—. Me desperté hace algunos minutos y nadie ha aparecido aún. No se puede salir, estamos encerrados.

Jimin, de cabello azabache y tiernas mejillas robustas, se dispuso a observar cada detalle de aquella habitación. El sillón en el que se encontraba sentado era de color beige; había espejos y escritorios alrededor, como si de un camerino de artistas de teatro se tratase; las luces eran tenues y amarillas; en un rincón se podía apreciar un improvisado ropero que dejaba ver su interior a simple vista, estaba lleno de vestimentas extravagantes, pelucas y máscaras.

—Es como un teatro... —balbuceó.

—¿Qué? —indagó Taehyung, volteando a ver hacia donde Jimin lo hacía—. ¿Lo dices por esas ropas?

—Sí, además los escritorios son tocadores para maquillarse —indicó.

El joven de ojos profundos decidió levantarse del suelo, en el cual había permanecido de rodillas desde que sostuvo a Jimin para evitar que este cayera, y se sentó en el sillón al lado del otro, tomando la manta con la cual lo había cubierto antes para envolverse a ambos en busca de calor.

Toy [장난감] • KookMin (+18)Where stories live. Discover now