Cancelado II

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Isla ballena

Escena final de un fic completamente cancelado sin planes de retomarlo

Manos y pies sobre el suelo, lo mira con odio al ser su enemigo jurado

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Manos y pies sobre el suelo, lo mira con odio al ser su enemigo jurado. Sus caninos se asoman mientras sus uñas crecen, el otro hombre solo sonríe al verlo, como si le hiciera gracia la forma en la que pasa su luto y venganza. —Así que eres tú al final, una copia exacta de él.— La música lo tensa, el que algunas personas en el teatro puedan verlos no le importa. —El hijo de Ging Freecss.— Cuando dice eso Gon raya la madera debajo de él, da un gran salto colocándose por fin en dos patas, lo intenta herir pero es esquivado.

—Pariston.— Escupe su nombre como podredumbre, para Gon aquel frente a él no es más que una rata, una maloliente rata, ni siquiera le importa que su padre lo considere igual o no, este es su sentir, su visión.

Killua sigue dirigiendo a la orquesta, a veces mira al omega encima, pero no por mucho, debe concentrarse, tiene su papel en la puesta en escena, es el músico, es el alfa que atrajo a la presa pero lo deja al cazador, será el inocente que probablemente se corone después pese a no desearlo. Todos siguen el plan del omega, todos se rigen bajo el plan del Freecss, líder del clan de una isla que debe permanecer perdida.

—Tu collar... Un omega.— Dio tres pasos al frente y el otro no se movió de su lugar —¡¿Quién lo hubiera pensado?!— Su sonrisa torcida crece, Gon no lo entiende. —El famoso Ging, un alfa capaz de dominar a otro alfa, trajo al mundo a un pequeño omega.— Corre, una patada, Gon esquiva y recibe otra en el costado de su cuerpo. Le saca el aire, nunca nadie lo ha podido golpear.

Se vuelve a lanzar, lo toma de la cabeza, pero no puede darle un golpe con su rodilla, es lanzado. Ni siquiera se puede poner de pie, la suela del zapato del rubio termina sobre su espalda y lo obliga a permanecer quieto. —Con razón te ocultaba tanto, naciste como una puta.— Los omegas del teatro miran a sus parejas, estas no responden, y todos sueltan un gemido agudo cuando la mano del hombre termina en una parte privada.

Otro movimiento rápido que nadie es capaz de entender, pero sus semejantes se alegran de verlo nuevamente de pie y a quien compartió asiento con ellos con un claro golpe en su mejilla.

Un silencio de palabras y otro ataque, Gon se defiende, lo hace de muchas formas, acierta, pierde, pero Pariston parece en su mejor posición, sonríe, pocas veces se borra su sonrisa. —Se nota que eres un omega.— Y lo sigue tratando con esa inferioridad que el mundo externo tiene contra su casta.

No habla, pero cuando intenta golpearlo es vuelto a tirar al suelo.

Su sorpresa es grande cuando siente y escucha que ha jalado su collar, en la pose tan vulnerable que fue colocado.

Miedo

Sintió miedo, pero este desaparece cuando el peso sobre sus extremidades se va. Toca su collar, sabe que es especial, que a diferencia de las baratijas de esos lugares el suyo no se puede romper, aún así es aterrador. Mira donde ahora ambos alfas pelean, un albino y su enemigo jurado.

Su rostro se deforma, parece una batalla de iguales, Killua no retrocede, esquiva, y no es golpeado como él. Es un igual a Pariston, eso le cala, no es justo, no quiere que sea así, es su pelea.

—¡Killua, ve a seguir con tu trabajo!— Grita pero el alfa se niega mientras rueda por el piso con el otro —¡Killua!— Vuelve a gritar, pero sabe que el otro no va a querer ceder.

No le gusta hacer esto, no le agrada la idea, pero no queda de otra.

Corre hacia Killua para taparle la boca con su palma, las feromonas funcionan, y éste niega con la cabeza. —Ve abajo, esta no es tu batalla.— Pariston observa, no tiene porqué atacar de la nada, se divierte en sus batallas, y ver las grandes pupilas dilatadas de quien le hizo frente le hace tener una idea de porque de la nada parece un gatito manso que salta para volver a dirigir a sus músicos como si nada.

—¿Voz? No, ustedes los omegas no tienen eso.—

—Feromonas.— Corrige.

—Lo sé, eso es lo único que poseen, o deberías poseer, pero en cambio tienes garras y caninos de alfa.— Junta sus manos en una especie de rezo, pensando. —Ging era un alfa nacido en una isla separada del resto del mundo, una maldita isla especial que evolucionó diferente al ser solo de alfas y betas.— Comenzó a caminar juntando los cabos sueltos. —Los alfas pelean entre ellos, sus feromonas solo funcionan entre ellos ahí, es por eso que alguien como tu padre era peligroso, pero las feromonas de un alfa no son tan amplias como las de un omega...— Una bella sonrisa de preciosos dientes blancos. —Tu padre no te escondió porque fueras decepcionante, ¿verdad?— Gon lanzó un zarpazo, uno tras otro que hacía al otro retroceder pero no cambiar su postura —¡Eres un arma de control!—

—Prefiero que me llames puta.— Por fin acierta un buen puñetazo en su nariz que lo hace sangrar, sabe que tiene razón.

—¡Un alfa que gobierna a otros alfas y un omega que gobierne a todos!— Limpia su sangre —¡Quien muerda al omega gobierna a todos!— Vuelve a tener razón. —Yo te mordí solo para jugar, pero veo que para ti eso no es un juego.

—¡¿Puedes dejar de hablar?!—

—Pero es una pelea aburrida, puedes ganar fácilmente, un cobarde detrás del collar y feromonas.— Los ojos marrones se inyectan en sangre, Pariston ríe, no hay nada más frágil que el ego de los Freecss.

—¡No necesito nada de eso para vencerte!— Sus uñas se dirigieron a su collar, titubeó, pero la forma en la que esa sonrisa no para lo hace enloquecer —¡Y mucho menos este collar!— Sus garras destruyen la roca dejando su cuello al desnudo.

—Ah... Lo que no pude hacerle a tu padre te lo haré a ti, me alegra que compartan rostro.—

La música enloqueció por un alfa que intentaba dejar de tocar, y calló cuando los demás lo hicieron.



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