cute vet. | chaelisa

OO2.

Rosé estaba revisando al gato del adorable señor Choi.

El hombre se mantuvo en silencio junto a ella, respetando su espacio de trabajo.

—Solamente necesita un baño, puede pasar con JiSoo para que ella se encargue. —la voz seria de Rosé fue suficiente para que el hombre le diera una sonrisa amable a la joven Australiana.

Él ya conocía a Rosé, desde que abrió su clínica hace tres años, él era un clienta usual en los chequeos constantes a su gato.

Sabía que Rosé no era exactamente el tipo de persona que le sonreía a los demás.

Era amable, pero demasiada fría, la alfa prefería no hablar con las personas y usualmente se mantenía seria frente a los demás.

Después de una hora llegó JiSoo junto a ella, entrando dramática al área donde estaba Rosé.

—¡¿Un baño a un gato?! —JiSoo se veía frustrada, su uniforme estaba lleno de agua y pelos de gatos por doquier, claramente tuvo una pelea fea con ese gato regordete de apariencia semejante a la de Garfield—, esa maldita albóndiga casi me saca un ojo hoy.

—Tu dijiste que te encargarías de los baños este mes. —Rosé vio a JiSoo y levantó una ceja.

La alfa castaña rió seca.

—Había mucho soju en mi organismo, eso se considera como una manipulación profesional, te voy a demandar. —JiSoo se cambió de camisa y se recargó débilmente en el mostrador.

Rosé la siguió.

—¿Falta alguna cita?

JiSoo vio la computara y asintió.

—Manoban —JiSoo siguió viendo el documento—, baño antiséptico para su cachorro.

Rosé asintió.

La alfa era muy reservada.

Sus amigos realmente se podían contar con los dedos de su mano.

JiSoo claramente era una de ellos, la parlanchina Coreana de una forma u otra consiguió que la alfa mantuviera una amistad con ella, a pesar del nulo interés de esta en formar una amistad.

Aun así, al graduarse de la universidad, lograron abrir su negocio y ahora son bastante felices con su consultorio, Rosé es cirujana veterinaria, y JiSoo esta especializada en fisioterapia e imagenología.

—Esa omega se ve tierna según JiHyo. —JiSoo se sentó en la camilla, JiHyo es la dueña del local de al lado, una cafetería.

—Estás en una camilla en la que usualmente hay animales con garrapatas, infecciones o que simplemente orinan en ella. —la voz de Rosé se mantenía neutral.

—Deberías invitarlo a salir. —JiSoo hizo una mueca y se levantó de la camilla.

—¿Por qué haría eso?

—Porque llevas años sin tener una cita.

—No me interesa tener una cita.

—¿Aún no súperas lo qué pasó con TaeHyung?

—No es eso, simplemente no me interesa una cita, y además, esa omega no me interesa.

Se escuchó la campanita de la puerta, por lo cual había llegado un nuevo cliente.

Ahora Lisa entraba por la puerta con Love entre sus brazos, tenía puesto una correa con un collar color azul.

—¿Por qué no lo dejas caminar? —la alfa habló sería, haciendo a la Tailandesa ponerse nerviosa y sonrojarse.

Sonrió viendo a la alfa de suave cabello rubio.

—Me gusta cargarlo.

—Tienes que dejarlo caminar solo. —Rosé se adentró al area donde vería a Love.

Después de unos minutos, la alfa siguió con su trabajo, revisó a Love y le dio su baño antiséptico.

Todo frente a la omega, que la veía fijamente y cada que ella la veía le daba una linda sonrisa, Rosé solo se mantenía distante y hacia su trabajo.

—Se encuentra bien, pero claramente tiene miedo de todo.

Rosé soltó a Love, quien corrió por la mesa de metal a donde estaba Lisa y se resguardó en sus brazos, temblando de miedo al ver a la grande alfa.

—L-Los vecinos de la casa de enfrente de donde la encontré me dijeron que usualmente le pegaban... —Lisa carició débilmente a Love, quien lamió su mano—. Parece que mataron a golpes a su madre.

Rosé vio con tristeza al perrito, quien se mantuvo cerca de Lisa.

Rosé se acercó a una bolsa y sacó un premio, dándoselo a Love, quien lo tomó y corrió nuevamente a los brazos de Lisa.

—Veo que lo estás cuidando bien. —la alfa vio a la omega, que se sonrojó y sonrió feliz.

Después de unos minutos, Lisa salió de la veterinaria con Love en sus brazos, e indicaciones de Rosé de que lo hiciera caminar con su correa de vez en cuando.

Lisa se mantenía brillante, sonriente y adorable.

Rosé por un segundo sintió que quería devolverle la sonrisa a la omega.

Cuando Lisa salió de la veterinaria, chocó con el árbol frente al establecimiento.

Rosé, sin que nadie se diera cuenta, sonrió débilmente.

Que rara omega.

¡Gracias por leer!

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