. Capítulo 30 .

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Parte 2

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Parte 2







El cabello de Yoongi se mantenía húmedo cayendo en finas hebras sobre su cara, sus diminutos gestos, también eran cubiertos por su cabello, que lo único sobresaliente eran sus labios rojizos y brillosos.

La brisa que se esparcía por los árboles y la vieja lamina que nos cubría, nos mantenía apenas secos y el viento solo aumentaba los temblores en nuestros cuerpos, por esa razón, lo abrazaba. Bese su coronilla y lance un fuerte suspiro opacando el ruido de la lluvia ya más tranquila.

Toda mi vida he pasado por etapas que abarcaban las perdidas. Pero por primera vez hubo algo que estaba cambiando en ella y solo era la presencia de un omega que se encontraba entre mis brazos. Un omega que llegó simplemente abrir las puertas de mi soledad y llenarlas con simples sonrisas y palabras.

¿Desde cuándo la miel podía envenenar a la manzana?

Todo había sido un juego, un simple y estúpido juego, que sería olvidado y superado. Pero todo resultó lo contrario y ahora el omega estaba aquí; cambiándome, haciéndome menos con su forma de ser, con todo lo que puede ofrecer. Era simplemente que no lo iba a sacar tan fácil de mí, así como se había metido.

-Estas muy callado. – habló el omega. - ¿Pasa algo?

Yoongi se removió un poco esperando una respuesta.

-Solo estaba pensando. – le comenté.

-Es un milagro. – bromeó.

-Aunque no lo creas, siempre pienso muchas cosas. – le dije.

-¿Ah, si? ¿Cómo qué? – siguió preguntando.

-Que la segunda vez que te miré... - el omega sonrió. – Tenias algo en tu diente. – quise bromear y solo se escuchó su queja.

-Eso de seguro es mentira. – yo reí un poco.

-Tienes razón. – le dije. – Solo pude pensar en que no me imaginaba estar así contigo, Yoongi.

No esperaba que su agarre se ajustara más a mi cuerpo.

-Jimin, hay algo que no puedo creerte. – dijo y mi corazón se aceleró. – O tal vez, solo es que todo ha sido tan repentino y demasiado bueno para ser real.

-Si no crees en mí, puedes confiar en mi lobo. – le dije besando de nuevo la coronilla. – Pero a ambos nos gustas mucho. Traté de no pensarte, pero todo se quedó en el intento.

-Al menos ya somos dos que intentamos en no hacer esto. – él se movió, pero se fue despegando de mí. – Pero la atracción de nuestros lobos es mutua.

Trato Hecho. [Omegaverse Y JimSu]Where stories live. Discover now