Capítulo 26: "Las cosas que merecen la pena nunca son fáciles"

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Sé que siempre tardo más en venir de lo que os digo, pero AVISO: este capítulo es muuuuuuuuy fuerte, espero haber estado a la altura de vuestras expectativas ;) 

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Recé mentalmente a Dios para que me ayudara, pero fue mi abuela la que les sacó del trance.

-Bienvenido Axel, soy Alba, la abuela de Luna. Es un placer que nos acompañes esta noche -sonrió poniéndole una mano en el hombro al chico del que estaba enamorada-.

-Gracias, señora.

-Por favor, llámame Alba.

-Está bien -él le sonrió a mi abuela mirándola a los ojos-.

Mi padre fue el segundo en recibir a Axel y en dar paso a la cena, por lo que todos cogimos asiento enseguida. La distribución fue la siguiente: mi padre presidiendo un lado de la mesa, a su lado derecho mi madre, a su lado mi hermano y a su lado mi abuelo. En el otro lado, mi abuela, Axel y yo. Dejaron que Hugo presidiera el otro lado de la mesa porque sabían que le hacía mucha ilusión. Vaya tontería, aunque mejor así que no dejar que Hugo y Axel se sentaran juntos.

Rosa, la cocinera, empezó a sacar platos que olían realmente bien, pero yo estaba tan nerviosa que dudaba de que mi cuerpo pudiera aceptar un mísero bocado de todo aquel manjar. Axel me tocó la pierna cuidadosamente debajo de la mesa para tranquilizarme y se la agarré levemente para que supiera que estaba ahí para él.

-Axel, cuéntanos un poco sobre ti. ¿De dónde dijiste que eras? -preguntó mi padre desinteresadamente-.

-De Suecia. Vivo en la capital, en Estocolmo, aunque tengo familia en un pueblo -respondió resolutivo-.

-Y dinos, Axel, ¿a qué te dedicas en tu país? -le interceptó rápidamente mi madre. ¿Para qué demonios le preguntaba aquello sí sabía de sobra quién era?-.

-Soy actor. Estoy trabajando en una serie para Netflix y acabo de empezar el rodaje de una película.

-Qué interesante. ¿Y piensas vivir de ello toda la vida? -le inquirió la bruja que me había tocado por madre-.

-No lo sé, por el momento es lo que quiero hacer. Mi abuela fue una actriz reconocida allí en mi país y estoy siguiendo sus pasos.

Odié el hecho de que Axel tuviera que dar tantas explicaciones y hablar de cosas tan íntimas para él, pero con mi madre no había nadie que se salvase, salvo Hugo.

-Anda, un chico que pretende seguir con el legado familiar. Ojalá todos los jóvenes sean como tú y lo tengan tan claro -dijo sarcástica. Sabía de sobra que esa puya iba para mí-.

Decidí no responder a aquello para evitar que la cosa fuera a peor. Justo cuando pensaba que la velada podría dar un giro y terminar medianamente bien, Hugo volvió a arruinar el momento del postre.

-¿Y hasta qué día te quedas? No es que nos moleste, pero todavía son las fiestas de Navidad y Luna y yo teníamos planes -intentó sonar amable mientras se llevaba la copa de champagne a los labios-.

-Bueno, yo...

-Mañana se va y he decidido acompañarlo -salté para defender a Axel-. Espero que no te importe, total las fiestas se han acabado y tenemos mucho tiempo para vernos en el Campus.

-Está mal dejar plantado a tu novio en unas fechas como éstas -inquirió mi madre-. Seguro que tu amigo lo entiende.

Los demás estaban callados siguiendo la conversación como si fuéramos pelotas de ping pong.

-Yo...no quiero ser una molestia -comenzó a decir Axel, aunque sabía de sobra que estaba incómodo con todo aquello-.

-No, ya está bien -solté agarrándole la mano por encima de la mesa-. Creía que por ser mi familia querríais lo mejor para mí, pero ya veo que no. Estoy cansada de seguir fingiendo -dije poniéndome de pie-, ni Hugo es mi novio ni vamos a seguir juntos. Si quieres fama, trata de buscarla por tu cuenta -le dije a Hugo mirándole directamente-. Y en cuanto a ti, mamá, ya sabes lo que pienso. Que tengáis un feliz año, nosotros nos vamos.

"A una luna de distancia"Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin