VIII

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...

Taiju no sabe cuando cayó por ese lindo angel, tal vez fue cuando lo derrotó haciendo caer de rodillas o cuando le sonrió y le dijo que lo ayudaría a reconstruir su vínculo familiar, o simplemente las dos cosas y muchas más.

Pero el menor era algo prohibido, vamos estaba apunto de casarse, pero a las personas les gusta lo prohibido, el quería probar eso que era prohibido, pero ¿No te cometidas la comida aunque estuviera servida para ti?.

La respuesta de Taiju sería algo como no dejaría ni un poco, la comida se debe disfrutar y vamos ese hombre se notaba que amaba cocinar, pero comer algo prohibido era más exquisito.

Por una razón que no quería admitir a tan solo tres días de la noche de solteros del menor, estaba en una droguería comprando una caja de condones y un lubricante, sonrio, buscaría la oportunidad de utilizarlos y si no la encontraba el las crearía.

Noto la mirada de la cajera encima de el, sabía que la mujer lo miraba como si se lo fuera a comer, su semblante siguió siendo el mismo.

- si quieres podemos usarlos juntos - dijo coqueta la mujer.

- no gracias, tengo pareja - dijo intentando evadir la, pero al parecer no funciono.

- yo sé compartir, no te preocupes - sonrió la chica.

- Mira la verdad es que soy - iba a continuar, pero una reconocida voz se escuchó.

- Taiju-kun - dijo ese chico que se robaba todo de el.

- oh, Takemichi, que te trae por aquí - dijo normal, ignorando a la chica del mostrador.

- así que te llamas Taiju, lindo - dijo la chica, quien había intentado ignorar.

- ¿Quien es ella? - pregunto el menor.

Taiju sonrió, vio que la situación la podía utilizar para alejarse de esa chica.

- nosé, pero Haste pasar por mi pareja - le dijo en susurro el mayor, haciendo temblar al menor.

- oye, será que ya podemos pagar eso, es que mi novio y yo - se hizo el inocente el peli-negro, pero fue interrumpido.

- oh, pero si el es el que los va a pagar - dijo la chica todavía ignorando al menor.

- oye te voy a ser claro, deja de mirarlo y pásame los condones y el lubricante, no vez que lo necesitamos para hoy - dijo el menor entrelazando las manos con el Shiba

- oh, discúlpeme - el menor se veía realmente aterrador.

El mayor aprovecho en acercar sus manos a la cintura del menor, haciéndolo estremecer, un jadeo casi se le sale de la boca, últimamente está a muy sensible, quien sabe que hará el menor a solas.

Los dos salieron de la farmacia, pues Takemichi no iba a admitir que venía por lo mismo que el mayor compro, realmente no era para su pareja, ya que no se acostaban desde hace más de un mes, se sentía culpable.

¿La razón?, Pues fácil solo pensaba en el mayor tatuado y tocando lo, iba a aprovechar su noche de bodas, para así poder parar el "deseo" que sentía por el mayor últimamente.

- Hanagaki - dijo el mayor intentando llamar su atención.

- ¿Si? - dijo solo viendo los labios del contrario.

- te llevo llamando hace rato, ¿Estas bien? - el mayor se acercó, pues el contrario estaba rojo - ¿Tienes fiebre? - dijo acercándose más.

El menor enrojeció más cuando el contrario, puso una de las manos en la frente del contrario, sin "quererlo" el mayor bajo su mano a la mejilla del menor.

- Takemichi - dijo el mayor.

- Taiju - dijo el menor.

Los dos estaban muy cerca, solo se miraban, el menor no dejaba de verle los labios al mayor.

- ¿Tengo algo en los labios? - pregunto el Shiba.

- no - dijo el menor en susurro.

- entonces deja de mirarlos tanto - dijo sonriente el mayor, sus alientos ya estaba pegando con el contrario.

- es que son muy bonitos - dijo el menor cautivado.

El mayor sonrió, se acercó y corto el espacio entre ellos, fue un beso suave y lento, al separarse el mayor le sonrió al contrario.

- me tengo que ir - dijo el mayor separándose - gracias, por el halago y por ayudarme - dijo coqueto.

El menor era un tomate, como el mayor podía estar tan tranquilo si él estaba rojo como un tomate, sentía su corazón latiendo rápido.

- tus labios también son lindo y suaves - dijo para dirigirse a su moto.

- adiós, te veré pronto - dijo sonriendo el mayor inocentemente.

Y arrancó, no espero una respuesta del menor, pues la verdad es que su corazón también estaba, que se salía, pero se calmó, él ya lo había admitido, sabía que le gustaba el menor.

Una tonta sonrisa salió de los labios de Takemichi, si de verdad ese hombre lo volvía loco, ¿pero le gustaba?, si un poco aunque no lo quisiera admitir, se dirigió a la pastelería de, Mikey necesitaba despejar su mente, tal vez se encontraría con Draken, quería salir con él y sentirse protegido.

...

El menor estaba en la pastelería viendo como Mikey besaba a Draken y este no se negaba, sonrió, esos dos siempre van a ser igual de hormonales, sin importar que o quienes estaban.

- oh, hola Izana-kun - dijo el menor inocente, haciendo saltar a Draken quien se separó rápido de Mikey.

Takemichi no pudo evitar reírse, es que el mayor le tenía miedo a Izana quien lo odiaba por ser el causante de que mikey perdiera su "inocencia", como si Mikey la tuviera, ese pequeño ser era un sinvergüenza.

- ¿de qué te ríes? - dijo Draken con una vena marcada en su frente, había interrumpido su momento con Mikey, además de que lo había asustado.

El menor sonrió nervioso y se echó a correr, pero Draken ya lo había abrazado, le pego levemente en la cabeza y sonrió, vamos, Draken no le iba a pegar a esa cosa pequeña y tierna, es que era como su hermano menor.

- oneesan - dijo sonriente Takemichi.

- que bonitos que son - dijo Mikey quien le encantaba como el menor trataba a Draken.

- callate Mikey - dijo sonrojado Draken.

- bueno, me voy a seguir trabajando - dijo para acercarse a Draken y darle un beso de despedida - adiós Take - dijo abrazando a este y se marchó.

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Espero les guste el capítulo, estaré contestando los comentarios, si tienen alguna duda o algo para corregir no duden en escribirlo

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una noche locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora