Voz de alfa// Mikey

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Takemichi había utilizado su voz de alfa para intimidar a aquél ente que le haya hecho daño, sin saber que era él quién era el principal sospechoso y lo peor era que estaba a media transformación y eso estaba prohibido en la Universidad, si un profesor le llegaba a ver así se metería sin duda alguna en serios problemas.

Por eso, se acercó rápidamente a abrazarlo y que no lo viera en aquella forma, un profesor que iba de paso por aquel pasillo; separandose de él cuando sintió una pequeña incomodidad por parte  de su lobo interno, alguien lo estaba acechando. Siendo la novia de Takemichi la que lo reemplazo en un abrir y cerrar de ojos, eso de alguna forma hizo que su animal interno se retorciera de rabia y tristeza.

—Por favor, debes tranquilizarte alfa —decía aquella chica expeliendo su suave pero a la vez empalagoso aroma a galletas, mientras se abrazaba al pecho de Takemichi y acariciaba lentamente la estilizada espalda de este.

Pero Takemichi no se calmaba para nada y para empeorarlo todo, su bigote había salido y sus manos lentamente iban tomando forma de una enorme pata de León.

¿Qué podía hacer para que Takemichi volviera a ser el tímido y dulce alfa de siempre?

Takemichi, calmate —su lobo interior le dio la respuesta haciendo que su voz alfa saliera sin siquiera él haberlo pensado —. Todo esta bien, sólo fue una basura que se metió en mi ojo —Esa fue su genial excusa para todo el patético show que había montado por culpa de su débil animal interior, que aún seguía llorando y quejándose por aquella escena tan natural para los jóvenes novios e incluso para él como humano —. Mi lobo esta bien —aseguró, pues algo le decía muy en su interior que el León de Takemichi había podido interpretar un poco del drama que su alma animal estaba montando—. Yo estoy bien.

Entonces, algo muy mágico como para considerarlo parte de la realidad, ocurrió.

Takemichi le abrazó con sus cortos brazos de muñeco y su corazón comenzó a latir fuertemente contra su pecho, como normalmente lo hacia cada que ese pequeño alfa tímido le sonreía con una dulzura que no podía explicar y él le devolvió el abrazo, pasando sus grandes y pálidas manos por el suave cabello negro y brillante, masajeando y notando como este se calmaba poco a poco.

—Esto es raro —escuchó entonces la conocida voz de Rindou decir tras él.

—Lo sien-siento —dijo Takemichi con suma timidez, separándose del calentito lugar entre los brazos de Mikey —. Vamos, Hina-chan.

Y la chica sólo tomó la mano de Takemichi y le dedicó una última mirada a Mikey, quién sólo pudo ver una muda advertencia en aquellos ojos semi-cerrados y de presencia fuerte.

Sin duda, Sano Manjiro estaba seguro de algo en estos momentos y eso era que: "Estaba completamente jodido de la mente por culpa de Hanagaki Takemichi". Ese alfa de raros comportamientos dulces e inusuales en esa casta, le estaba haciendo daño de alguna forma y eso definitivamente  no era para nada bueno y normal.

Compañeros // MAITAKEKde žijí příběhy. Začni objevovat