Poema 2: Sueños Imposibles

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Amor infernal

El azufre del infierno no es nada comparado con el olor de una lágrima derramarse porque la distancia está jugando con su corazón, mil demonias batallas por romper la barrera entre el deseo y el amor mientras que un ángel es intrigado a la tentación.

Las llamas del deseo podrán consumir mi carne, pero el deseo de estar a su lado no será consumido ni con los colapsos estelares.

Tal vez este infierno es el paraíso de la mentes criminales, prefiero la sensación de que me desgarran el corazón  antes de saber que ella esta sufriendo.

¿Cómo un ángel puede poner de cabeza mi infierno? Siento como agua bendita el roce de su piel contra mi alma de demonio. Quisiera poder pedirle un consejo al eclipse el cómo pudo nacer de la unión entre el sol y la luna.

Me vuelvo en loco en mi propio paraíso y mis pensamientos rodean mi cordura amenazandola de asesinato, rezo porque nuestro hijo salga igual que su madre. Que sea hermoso como el ser que me enseñó a amar, y tenga el alma tan pura como para tener fe en todos los seres que respiren.

Deseo que las lágrimas de nuestro hijo logren curar a los heridos del amor (como su madre hizo conmigo). Más sin embargo deseo que herede mi pasión, mi locura a la hora de amar, que tenga la suficiente maldad como para proteger a los que ama.

Tal vez este niño nazca con cara de ángel y sonrisa de demonio... Ese día también verán que un demonio llora por un ángel.

Cartas de un Poeta a una Cataleya Where stories live. Discover now